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PEKÍN, EFE.- Feng Qian, una joven china de 22 años, nacida en el noreste del país, fue coronada en Pekín como la primera Miss Belleza Artificial de la historia, en un concurso en el que sólo podían participar mujeres operadas de cirugía plástica.
Feng, nacida en la provincia de Jilin, se sometió a varias operaciones para ganar un premio, valorado en 6.000 dólares (4.524 euros), entre ellas, un agrandamiento de ojos y liposucciones en mejillas y cintura.
El concurso, celebrado la noche del sábado en el Palacio de la Opera de Pekín, despertó gran atención mediática en China, no sólo por su originalidad, sino por la participación de una mujer de 62 años y de un transexual, galardonadas con el premio a la mejor imagen mediática.
El premio obtenido por Feng incluye joyas y un viaje a salones cosméticos de Japón, donde, si lo desea, podrá someterse a más operaciones de cirugía estética.
Feng, a la que se coronó con un diadema de flores, posó con las finalistas (Cheng Lili y Zhang Shuang, también ambas de 22 años), y destacó que el concurso es un apoyo a chicas que se han hecho la cirugía estética y no se atreven a hablar de ello.
La artificialmente bella Feng, vestida con un traje de noche dorado, aseguró que el secreto de la victoria estuvo en su confianza y que sueña con convertirse en el futuro en cirujano plástico.
No importa el aspecto que tenía antes, ni las medidas que he tomado, ahora soy bella, sana y estoy llena de confianza, eso es lo importante, proclamó la ganadora.
El concurso fue una muestra del aumento del interés en los cosméticos y la cirugía estética en China, un país donde hace poco más de 20 años el maquillaje y otros métodos de embellecimiento eran considerados un deplorable vicio burgués.
Ahora, las estadísticas oficiales calculan que hay 1,5 millones de salones de belleza en China (frente a los 300.000 de antes de 2000), que mueven anualmente 20.000 millones de dólares (15.078 millones de euros) en beneficios.
Hoy en día, son frecuentes en las televisiones locales anuncios de operaciones para agrandar ojos y hacerlos más occidentales, o para estirar los fémures y aumentar la altura de una mujer hasta que logre un tipo de modelo de alta costura.
En ciudades como Shenyang, cercanas a Corea del Sur (el país asiático donde la cirugía estética es más popular), existen calles enteras en las que todos los negocios son laboratorios médicos, donde se realizan este tipo de operaciones.
La segunda clasificada en el concurso, Zhang Shuang, ostentaba el récord de operaciones entre las participantes, diez en total: ojos, nariz, orejas, senos, mandíbula, suavizado de piel y extirpación de vello corporal, entre otras.
La tercera finalista, Cheng Lili, se había operado en seis ocasiones.
Unas 90 concursantes se presentaron este año a la primera edición de Miss Belleza Artificial, entre ellas mujeres de EEUU y Japón, aunque finalmente los organizadores optaron por admitir sólo a las chinas.
Según ellos, el objetivo era ayudar a la sociedad a comprender a las mujeres que han elegido transformar su aspecto mediante la cirugía plástica.
Los organizadores explicaron que la idea de crear esta competición surgió cuando una china de 18 años que se había hecho la cirugía plástica (gastando 13.000 dólares en ella ó 9.800 euros) fue expulsada de un concurso de belleza ordinario, celebrado en China el pasado mayo.
También, es consecuencia de la fiebre que hay en China por este tipo de concursos desde que la isla de Hainan acogiera el concurso Miss Mundo este año, donde ganó, el pasado 4 de diciembre, la peruana María Julia Mantilla García.
