Por: Kelvin Jiménez
El señor Pepe Vila ha estado en los últimos días como figura de principalía a raíz del conflicto por el sistema Constantino de la autoría del general Juan Gerónimo Brown Pérez y quien dirigía el Área Especializada de Análisis y Documentación Delictiva.
Antes de considerar este vergonzoso episodio me permito reflexionar sobre aspectos técnicos de la función del Comisionado para la Transformación Policial, establecidas en el decreto 2-22, que en su artículo primero establece:
“Se crea la Comisión Ejecutiva para la implementación de los planes, estrategias y políticas de transformación y profesionalización de la Policía Nacional, cuyo propósito fundamental será poner en ejecución el diseño concebido por el grupo de trabajo para la transformación y profesionalización de la Policía Nacional, creado por el decreto núm. 211-21, del 6 de abril de 2021, del Poder Ejecutivo”.
Como podemos observar tiene un mandato directo el “poner en ejecución el diseño concebido” que es el resultado de un trabajo participativo e integrado por un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito, de manera que cuenta con un diagnóstico y una serie de recomendaciones que deben ser establecidas en un proyecto, con todo lo que implica: fases de implementación, hoja de ruta, cronograma de acciones, entre otros aspectos claves.
Hasta el momento no se ha publicado un documento donde se pueda constatar que el Comisionado haya cumplido con la tarea de darle la formalidad que requiere el proceso de transformación policial. Cabe destacar que el artículo 4 acápite D del decreto estipula: “Presentar al presidente de la República informes trimestrales de las ejecuciones realizadas en cada trimestre del año y cada vez que le sea requerido”. El 7 de enero se cumplió un año y no se conoce la existencia del primer informe trimestral.
La parte más grave es el incumplimiento del artículo 4 letra F: “Redactar y proponer el reglamento de funcionamiento de la Comisión Ejecutiva”. Sin un marco teórico que regule la actuación entre los actores del proceso y establezca con detalles la dinámica de relación, metodología de trabajo entre el comisionado e institución policial, Ministerio de Interior y, por supuesto, con la ciudadanía, dicha norma evitaría la confusión de los roles, asignación de tareas, evaluación de los objetivos y, sobre todo, respeto entre los responsables de la ejecución.
Nadie conoce los equipos técnicos, como tampoco cuales son los asesores que deben ser seleccionados y señalados en la parte B del mismo artículo. De manera que se ha personificado lo que debería ser una acción inclusiva y abierta a la ciudadanía en términos de información y seguimiento a una demanda del pueblo; que ha sido asumida con mucha responsabilidad y seriedad por parte del presidente de la República Dominicana, Luis Abinader.
El Comisionado toma un papel de propagandista político-partidario ante los medios de comunicación, con señalamientos populistas de males cuya tarea no es simplemente enunciar (siendo de todos conocidos) sino informar sobre aspectos claves para erradicar estas malas prácticas, presentar con indicadores el cambio hacia una nueva cultura policial. Constituye una indelicadeza ensuciar y atropellar con quienes tiene la misión de trabajar de forma conjunta.
Lo que hemos observado es una invasión y ocupación de la vida institucional de la Policía Nacional y una afectación directa, tanto al Consejo Policial como a la Dirección General, quienes tienen la responsabilidad de inducir, empoderar y darle un sentido de trascendencia entre sus pares la aplicación de las recomendaciones del equipo de trabajo creado con el decreto 211-21, y en ese contexto la naturaleza del Comisionado es apoyar, orientar y diseñar una matriz de logros en una línea de tiempo.
Dije al comienzo que iba analizar el episodio Constantino, al respecto solo diré lo siguiente: soy la primera persona que recordó la existencia de este sistema cuando el señor Pepe habló de la creación de una herramienta para fines de identificación y perfiles sospechosos, por la oportuna precisión recibimos las gracias de quien tiene los derechos de autoría del sistema. Considero como imperativo la creación de una comisión investigadora a los fines de presentar al presidente de la República una solución entre las partes, y que no salga afectada la institución y la ciudadanía.
Nuevamente cierro con esta frase de Edgar Morin que cada día adquiere mayor relevancia: “No se puede reformar la institución sin haber reformados antes las mentes, pero no se puede reformar las mentes si antes no se han reformados las instituciones”.