Una conspiración contra la verdad

Una conspiración contra la verdad

HAMLET HERMANN
Inés Aizpún, prestigiosa periodista, se lamentaba el otro día en torno al “Informe sobre Desarrollo Humano 2008” preparado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Decía Inés: “Hubiera sido magnífico tener el Informe en la mano durante la campaña electoral. Probablemente habríamos entendido mejor algunas cosas.” A seguidas la comunicadora requintaba su argumento vaticinando: “El Informe promete ser polémico, ya que sostiene que el desarrollo humano en el país llegará sólo cuando sus habitantes se empoderen.”

A sabiendas de lo bien informada que siempre está Inés, no puede menos que provocar sorpresa su ingenuidad. ¿O sería simplemente una de esas ironías vascas a las que tiene acostumbrados a sus lectores? Fuera pato o gallareta, en los círculos gubernamentales y en los corrillos de técnicos vinculados a la Economía, fueron bien conocidos los problemas que tuvo el PNUD al tratar de publicar este Informe dentro del fragor de una campaña electoral reeleccionista.

La publicación había sido fijada por el PNUD para el miércoles 12 de marzo de 2008, 65 días antes de las elecciones presidenciales. Aparentemente, el pánico cundió entonces por los predios de la Secretaría de Economía, Planificación y Desarrollo que dirige Temístocles Montás, destacado miembro de la Comisión Electoral del gubernamental Partido de la Liberación Dominicana. El PNUD recibió entonces una comunicación en que la entidad gubernamental solicitaba se le permitiera confrontar el Informe con los comentarios oficiales.

Entre muchos temas, uno de los más preocupantes para el equipo palaciego era el del tren subterráneo llamado Metro. Otros asuntos que, en opinión de la oficina gubernamental debían ser revisados, eran los de la educación, la salud y la lucha contra la pobreza. Nunca antes había despertado tanto interés un Informe que, quizás, sólo es material de lectura para decenas o centenares de técnicos.

Pero el problema del estudio del PNUD residía en que la campaña electoral reeleccionista del presidente Leonel Fernández se basaba en que el país estaba en su mejor momento y, si había alguna deficiencia, el culpable era Hipólito Mejía y su gobierno de 2000 a 2004. En cambio, el trabajo de investigación realizado durante un lapso de dos años por el PNUD, demostraba de manera indiscutible que no es precisamente hacia adelante que va la gestión de gobierno del PLD.

El valioso equipo técnico del ministro Temístocles Montás presentó sus apreciaciones a la oficina del PNUD en Santo Domingo. Pero por más que trató, no pudo vencer la científica expresión de la realidad que había elaborado la filial de la entidad internacional. Apremiados por el tiempo y por la intensificación de la campaña reeleccionista, los del gobierno apelaron entonces ante las autoridades superiores del PNUD con asiento en New York, en la sede de la Organización de Naciones Unidas.

Ya que no podían vencer por razonamiento los argumentos técnicos de la Oficina para el Desarrollo Humano en República Dominicana, tratarían de posponer la publicación usando los canales políticos y diplomáticos del gobierno del presidente Fernández Reyna. Y, por esa vía, lograron su objetivo. El Informe sobre el Desarrollo Humano 2008 no sería puesto a la disposición del público sino hasta que fuera proclamado Leonel Fernández como Presidente de República Dominicana para el período 2008-2012.

La politiquería, con sus insostenibles argumentos y quién sabe con qué otras minucias, fue capaz de tumbarle el pulso al PNUD de República Dominicana. Por fin, el Informe fue publicado 77 días después de la primera fecha fijada. Las excusas y las coartadas de parte del gobierno han abundado para encubrir sus manipulaciones.

Como en muchos otros casos, ejercieron la influencia del Estado para beneficio de su campaña electoral. Podrían culpar a otros por la demora. Pero nada admitirán que pudiera contribuir a descubrir que el gobierno dominicano, a través de la Secretaría de Economía, Planificación y Desarrollo, impidió la publicación del Informe del PNUD en medio de una campaña electoral reeleccionista.

El que tenga dudas  sobre lo antes narrado, sólo tiene que conversar con las decenas de técnicos que trabajaron en el Informe para el PNUD o a alguno de los que lo cuestionaron desde la dependencia palaciega del ministro Temístocles Montás. Y la verdad los hará libres.

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