Una crisis monetaria clásica

Una crisis monetaria clásica

En República Dominicana, la inversión extranjera directa acumulada fue de US$7,040.9 millones y la inversión de cartera acumulada de US$2,670.9 millones, en ambas en los años 2005-2008, más que suficientes para pagar el déficit acumulado de la cuenta corriente de US$8,268 millones, cumpliéndose de esa manera la identidad contable que los economistas acostumbramos citar para no preocuparnos por la brecha externa. El problema es que el déficit estimado de 2009 por US$2,500 millones, no tiene disponible esas fuentes de financiamientos, porque se trató-en su mayoría-de inversiones especulativas en el sector inmobiliario urbano y en los proyectos turísticos, facilitadas por el crédito internacional de fácil adquisición para cualquier proyecto.

La liquidez no se usó para importar tecnología que enseñara a los dominicanos a producir bienes más sofisticados, para generar productos de exportación de mayor valor agregado, porque de haber sido así el presente no fuera tan desalentador. En el país aún no se contabilizan las pérdidas de los promotores de los proyectos inmobiliarios, pero la verdad es que los pasivos están ahí, mientras los precios de las tierras han descendido notablemente; sueñan los que siguen pensando que los capitales seguirán fluyendo, se pinchó la burbuja especulativa que hizo posible los grandes proyectos.

Con relación a la inversión en cartera, fue el diferencial de interés con el exterior y la estabilidad del peso lo que hizo posible que promediara anualmente US$534 millones. Es cierto que en el mercado internacional el interés se ha reducido pero también en República Dominicana, y el diferencial no resulta atractivo tomando en cuenta las expectativas de devaluación de la moneda. La posición de reservas líquida del Banco Central no permite que se inicie un proceso de pérdidas, por lo que es necesario corregir la política monetaria actual que persigue objetivos encontrados: mantener controlado el tipo de cambio al tiempo de incentivar el consumo para evitar recesión. Para lo primero, el librito sugiere aumentar los intereses, pero se hace lo contrario, tratando de evitar recesión y aumento del desempleo.

La contradicción origina la clásica crisis monetaria de la que no se sale ileso: las autoridades no quieren que caiga el valor del peso, pero no adoptan las medidas aconsejadas para evitar las pérdidas de reservas. Se debe perseguir un solo objetivo, proteger el peso o incentivar el consumo; decídanse autoridades monetarias.

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