POR RICHARD LAPPER
Más de cincuenta jefes de estado de Europa y América Latina se reúnen en Viena esta semana en una cumbre. Es difícil ver con qué sentido. Aunque la Unión Europea puede que esté tomando en serio su expansión, los propios esfuerzos de América Latina para integrar el comercio regional están en harapos.

El MERCOSUR está asediado por las tensiones internas y después de las decisiones de Venezuela y Bolivia por abandonarla, la Comunidad Andina está en las últimas. La Comunidad Sudamericana, formada con alguna fanfarria hace alrededor de un año, es un chiste malo. Y en cuanto a las inversiones, el clima difícilmente pudiera ser peor. Los recientes acontecimientos en Venezuela, Bolivia,  Ecuador y Argentina, traen el espectro de una ofensiva más amplia contra el capital extranjero en la región.

Esto no se disipará hasta que se resuelvan algunos problemas espinosos. La nacionalización del gas de Bolivia es uno de ellos. La incesante campaña del gobierno de Argentina contra dos inversiones europeas en plantas de papel y pulpa en Uruguay, es otro. Algunas negociaciones difíciles serán necesarias. El protocolo vacuo y las complejidades logísticas de las “cumbres”, son distracciones innecesarias y costosas.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION