Una de cada cuatro mujeres en el país presenta miomas uterinos

Una de cada cuatro mujeres en el país presenta miomas uterinos<BR>

Una de cada cuatro mujeres tiene miomas, lo que representa un 25% de la población femenina.

La miomatosis uterina es el tumor benigno (no canceroso)  común en la mujer. Se dice que una de cada cuatro  mujeres pueden padecerlo y que la gran mayoría  no tienen ningún problema por padecerlos. Ahora bien, los miomas pueden ocasionar problemas dependiendo de su tamaño, localización o número, explica el doctor Frank Ariza, gineco-obstetra, jefe del Departamento de Obstetricia de la  Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia.

El  doctor Ariza dice que los miomas deben ser tratados  dependiendo  de la localización, el tamaño y la dirección de crecimiento del tumor. Aproximadamente en la mitad de los casos son asintomáticos y no constituyen ningún riesgo para la mujer.

El galeno explica que el  tratamiento va a depender de los antecedentes de cada paciente y de los síntomas de cada una de ellas. Pero en general se considera que deben de recibir tratamiento siempre y cuando presente hemorragia menstrual abundante o continua, cuando se asocian a otro tumor (por ejemplo de ovario), crecimiento rápido, dolor pélvico o problemas de fertilidad.

Tipos de tratamientos.  El doctor Ariza, quien  también  es ginecólogo infanto-juvenil, indica que para tratar esta patología “se emplean tratamientos hormonales para reducir el tamaño de los miomas y disminuir temporalmente los síntomas. Como los estrógenos influyen en el incremento del tamaño de los miomas, se induce mediante fármacos (agonistas de la GnRH) un estado hipoestrógenico similar al de la menopausia”, dice.

El tratamiento con agonistas de la GnRH dura entre tres y seis meses y consigue reducir el volumen de los miomas entre un 30 y un 60%, y alrededor de un 50% el volumen uterino.

 Sin embargo, a los tres o cuatro meses los miomas recuperan su tamaño inicial, por lo que el tratamiento está indicado antes de la cirugía, para facilitar el procedimiento, gracias a la disminución del tamaño de los miomas.

“En la actualidad, los progresos de la cirugía endoscópica han modificado espectacularmente las técnicas quirúrgicas en los tratamientos de estos tumores, mejorando los resultados y disminuyendo el periodo de recuperación.

Miomas y menopausia.  Los miomas a menudo se encogen y no provocan síntomas en mujeres que han pasado por la menopausia. Si crecen después de la menopausia es señal de que se está produciendo una degeneración secundaria, que en algunos casos (los menos) podría ser una transformación tumoral maligna (leiomiosarcoma). 

Las claves
1.  Resección histeroscópica
Es el procedimiento de elección, sobre todo en mujeres jóvenes, y en aquellas que quieran conservar la función reproductora; además, el postoperatorio es rápido, y la estancia hospitalaria suele ser inferior a 24 horas si no hay ninguna complicación (como hemorragias o perforaciones). También hay que tener en cuenta que deja el útero restaurado, sin cicatrices, de manera que pueda recuperar la capacidad funcional.

2.  Operaciones laparoscópicas
La vía laparoscópica permite realizar extracciones de los miomas y coagulación de los mismos en casos similares a los descritos en la resección mediante histeroscopia, y también permite realizar histerectomías (extracción del útero), e histerectomías vaginales, en aquellos casos en los que la paciente tenga el deseo reproductivo cumplido.

3.  Cirugía tradicional
Mediante una incisión y abertura en el abdomen o la vagina se procede a la extracción de los miomas.

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¿Qué ocurre si no se tratan los miomas?

Pueden aparecer hemorragias. Es el síntoma más frecuente y se caracteriza por unas menstruaciones más abundantes y prolongadas, con presencia de coágulos en muchas ocasiones. Las hemorragias pueden provocar anemia de mayor o menor importancia, dependiendo de la cantidad de sangrado.

Así mismo, según  nos explica el doctor Ariza, producen dolor  en el 30% de los casos; también  produce fenómenos de compresión, que es el aumento del tamaño uterino, que a causa de los miomas origina una presión sobre los órganos vecinos, como recto, vejiga, uréteres e intestino- También puede haber molestias al orinar, incontinencia urinaria, estreñimiento y en el peor de los casos, esterilidad e infertilidad.

Normalmente los miomas uterinos no tienen repercusión sobre la fecundidad, pero hay ocasiones en que se produce esterilidad por compresión y alteración en el funcionamiento de las trompas de Falopio si los miomas son muy grandes, o si alteran la cavidad endometrial, impidiendo la correcta implantación y crecimiento del embrión.

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