Una decisión desacertada

Una decisión desacertada

Luis Scheker Ortiz

El pasado miércoles 23 de noviembre nos sorprendió y desconcertó la noticia publicada en Diario Libre titulada: “Echan atrás límite de venta de alcohol en negocios GSD” (Gran Santo Domingo.) Nada más desconcertante. Conscientes de su improcedencia, lo deseado por miles de ciudadanos y ciudadanas era que se le ponga un límite razonable al expendio de bebidas alcohólicas en altas horas de la noche, para controlar, evitar o reducir la cantidad de crímenes, asaltos y robos nocturnos que han venido cometiendo grupos de delincuentes inescrupulosos hasta ahora incontenibles, considerándose como certera y oportuna la disposición impuesta por el Ministro de Interior y Policía, Jesús – Chu- Vázquez, que restringió razonablemente el horario de venta de bebidas alcohólicas siendo esta revocada apenas dos semanas de ser emitida solo para complacer la insólita petición de comerciantes que entienden que esa justa, sana y acertada medida era lesiva a sus intereses pecuniarios, siendo, como fue asegurado, que “la política adoptada por el Ministerio había logrado una reducción de la delincuencia entre un 14 y 16 %, durante los quince días que se mantuvo en vigencia.

El Ministerio de Interior y Policía reconocido como “un organismo del Estado encargado de desarrollar políticas públicas relacionadas con la seguridad ciudadana en un marco de respeto a los derechos ciudadanos, el dialogo, la concertación y la participación e inclusión ciudadana.“ Su objetivo, misión política administrativa consiste “en regir y velar por el mantenimiento de la seguridad pública, así como supervisar las actividades migratorias”, especialmente la permanente migración cientos y cientos de nacionales de nuestro vecino país, muchos en su mayoría indocumentados.

Puede leer: Las faltas disciplinarias

La concesión que hizo el Ministerio de Interior y Policía al renovar su decisión para favorecer el comercio de venta de bebidas alcohólicas, no pudo ser más desafortunada. Con ella se santifica la delincuencia, y son bendecidos los dueños de bares, discotecas, cabarets y restaurantes otorgándoles en tandas extendidas “de jueves a domingo, hasta las dos de la madrugada y de viernes hasta sábado y domingo hasta las tres de la madrugada.” El Ministerio de Interior y Policía advierte que “de no cumplirse o excederse la concesión recibida revocará su decisión. ¡Bendito sea el Señor!

Esa barrabasada que mereció un cálido aplauso de los dueños de venta de bebidas alcohólicas, nunca pensó en la aflicción de la ciudadanía. De familias y personas privadas de su derecho al reposo y descanso nocturno, luego de duras faenas en días laborables y de millares de personas de esos barrios marginales empobrecidos víctimas de esa desacertada decisión .

La destitución del amigo Chu Vázquez, era de esperarse. Como se espera también la revocatoria de ese dislate y se entienda que esas supuestas “perdidas de ganancias pecuniarias mal habidas de dichos comerciantes no están, ni nunca podrán estar, por encima del bienestar y la seguridad social de la ciudadanía.