Una democracia en peligro

Una democracia en peligro

La democracia debe fortalecerse ante todas las cosas, sin importar el costo que se pague por ello. Es lo único que nos da cierta importancia como país, lo que permite que se nos respete y que la comunidad internacional nos tome en cuenta. Poner esa democracia en riesgo es amenazar nuestra propia existencia.

No somos petroleros, ni tampoco significamos mucho en la geopolítica mundial excepto por el lugar geográfico que ocupamos, muy cerca de Cuba. El día que Cuba se democratice esa importancia también menguará.

La democracia es lo único que les permite a países pequeños y más si son subdesarrollados, levantar la voz en cualquier lugar del mundo y hacerse sentir cuando reclaman sus derechos. Es el momento donde los kilómetros cuadrados o el número de habitantes no cuentan ya que prevalece la solidez del sistema político, de sus leyes y sus instituciones. Y es eso precisamente lo que atrae la inversión externa y el apoyo internacional ante cualquier contingencia. 

Por ello Suiza y Costa Rica, con menos habitantes que nosotros y tamaño muy parecido son tan respetados internacionalmente como cualquier país grande o mediano. 

Si esa democracia se pone en riesgo, si se tambalea, si los ciudadanos y la comunidad internacional advierten que desde el poder se violan leyes fundamentales, se roba sin escrúpulos, se usa el chantaje como arma política y se cometen toda clase de fechorías con los recursos públicos, entonces entramos en un sendero oscuro y tenebroso donde cualquier cosa puede pasar.

La realidad es que la democracia dominicana está en serios peligros y entrando al umbral de ese tenebroso sendero. El que un solo partido controle todos los estamentos del Estado, como sucede actualmente, y que use el dinero de los contribuyentes para perpetuarse en el poder indefinidamente, es de por sí un deterioro muy grave de la institucionalidad y la gobernabilidad.

El PRSC ya cayó víctima de ese totalitarismo partidista y con ello dio por finalizada su existencia. Ahora pretenden hacer lo mismo con el PRD, para eliminar todo vestigio de oposición.

Si el PLD logra ganar las elecciones de mayo próximo, usando masivamente los recursos del presupuesto y apelando a las triquiñuelas del poder para comprar votos y fracturar actas, como lo hicieron en las dos últimas elecciones, gobernará por décadas y sin oposición. Tienen el control de los demás poderes del Estado parta oficializar sus vagabunderías.  Pero el poder desgasta y mantenerlo implicará mayor represión contra los movimientos sociales espontáneos, cuyas expectativas serán pisoteadas. Igualmente, habrá fuertes confrontaciones con la sociedad civil y los empresarios ante el resquebrajamiento institucional y los reiterados aumentos de impuestos para expandir el ejército de parásitos que le aseguran el triunfo electoral cada cuatro años. Leonel volvería al poder en el 2016 y modificará la Constitución para reelegirse las veces que quiera. Con ese poder consolidado podrá enfrentar sin problemas cualquier fuerza que se le oponga.

Además, la gran fortuna de los peledeístas seguirá aumentando a costa del erario público, con impunidad garantizada.   

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