Una democracia más barata y rentable

Una democracia más barata y rentable

Era lunes y una cruel sequía amenazaba con dejarme en la calle, por lo que decidí pararme en la bomba más cercana. Eché mil pesos y, al ver que la aguja se movió muy poco, no pude más que reparar en lo que había comprado: ¡apenas cuatro galones de gasolina! 

Me quejé. Entonces el chico de la bomba me dijo que si necesitaba más no tenía que preocuparme: “yo se lo lleno y se lo fío hasta mañana”, ofreció al ver mi cara de estupor.

No le dije nada, la verdad, aunque lo que me dolía en ese momento era comprobar qué lejos estaban aquellos tiempos en los que me sobraba dinero cuando iba con mil pesos a una gasolinera.

Lo triste de esto es que, mientras los ciudadanos no sabemos cómo soportaremos la carga de la gasolina, nadie hace nada por ayudarnos.

Reparando en que gran parte del precio de los combustibles se traduce en los altos gravámenes que se le cargan, es doloroso pensar en que una cuota de esos impuestos se dilapida en subsidios eternos. También en mantener una democracia que, burocrática en extremo, nos sale muy cara.

Por eso nos parece muy sensato que se discuta la propuesta que ha hecho el presidente de la Cámara de Diputados, Julio César Valentín, que propone reducir el número de diputados de 178 a 120, lo que significaría un ahorro de RD$115,102 millones.

Lo mismo habría que hacer en la Cámara de Cuentas, la Suprema Corte de Justicia, la Junta Central Electoral y muchas otras instituciones del Estado donde hay muy altos y onerosos cargos.

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