Una democracia para Don Dinero

Una democracia para Don Dinero

Unánimes en la defensa de sus privilegios de “barriles” y “cofrecitos”, los legisladores (que mayoritariamente responden a un eje político único porque el pluripartidismo agoniza) se dieron la ley de voto preferencial que les convenía. Un estatuto para sumarse votos ajenos más que para proteger la expresión de la voluntad popular y a los aspirantes débiles. El voto preferencial aprobado con el repudio de quienes velan por la equidad en el juego político, de ser promulgado hará invencibles a los legisladores poderosos, repartidores de dádivas de vieja data. Beneficiarios ilegítimos del dinero de los contribuyentes, con el que se forjan imágenes de benefactores. El trato desconsiderado e injusto de usar los impuestos que todos los dominicanos pagan, muchos de los cuales no comulgan con los actuales legisladores, siempre ha sido visto como un retroceso generador de desigualdades y de exceso de gastos en medio de la crisis.

Aprobaron su voto preferencial abochornando a líderes nacionales y a la opinión pública e incurriendo en un ventajismo odioso y reprochable, que desmerita al país. Hecho que les da la razón a quienes desde fuera ven fallas institucionales muy preocupantes de falta de transparencia y desviaciones de recursos que pronostican daños serios a la democracia dominicana, que ahora funciona sin contrapesos en los poderes públicos, y bajo la gravitación de un solo partido.

 Las hostilidades a periodistas

No podía esperarse menos. La mayoría de los periodistas representados por su Colegio, está alarmada por pronunciamientos y acciones que en nombre del nacionalismo difaman y acosan a los reconocidos periodistas Huchi Lora y Juan Bolívar Díaz. A base de sofismas, inexactitudes y persistencia de insultos contra estos comunicadores y otros que ejercen la crítica al amparo de la libertad de expresión, se mantiene una ofensiva que no da tregua, con la inclusión de llamados a asesinarlos bajo el sello de “traidores a la patria” que en su fanatismo, un sector se siente en el derecho de atribuir a los críticos hostilizados.

La campaña incesante de denuestos y manipulaciones contra el ejercicio de oponerse a una sentencia y a criterios sobre migración, puede ser considerada como una grave señal de que un sector de la prensa dominicana está en la mira de un influyente grupo de signo oficialista que se esfuerza por silenciarlo.

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