Una doble moral de dos vías

Una doble moral de dos vías

Muchos lectores comentaron mi artículo del viernes sobre cuán mínima es la colaboración de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico, y cómo esa opinión en boca del secretario Administrativo, licenciado Luis Manuel Bonetti, provocó que alegadas “fuentes” de la embajada consideraran “perturbadoras y ofensivas” las declaraciones del funcionario.

A juzgar por los comentarios, la opinión del licenciado Bonetti realmente constituye un amplio sentimiento nacional, fundamentado en la verdad. Pero algunos de los correos que recibí reflejan una preocupación que luce legítima acerca de por qué los gringos prefieren ayudar poco. El alegato es que nuestro país es muy corrupto, y cualquier “ayuda” terminaría en los bolsillos o cuentas de banco de funcionarios ladrones.

Pero ello es apenas una argucia para justificar la irresponsabilidad gringa. ¿Acaso no hay mayor corrupción y menos democracia en países mesorientales que reciben cientos de miles de millones de dólares desde Washington? ¿Y son acaso los colombianos o mexicanos más honestos y menos ladrones que los dominicanos? Hechos y datos revelan que los gringos envían sus ayudas a quienes les de la gana, sin el prurito o escrúpulo invocado para su tacaña irresponsabilidad con nosotros en materia de combatir al narcotráfico.

En un solo día en Bagdad se transan más y mayores actos corruptos con gringos por protagonistas que en un año entero aquí. Y ni hablar de Afganistán, donde la ocupación gringa trajo de vuelta una explosión en el tráfico de heroína.

Los dominicanos no mendigamos la ayuda, que es una obligación moral incumplida por Washington. Somos un Estado pobre, con poco personal calificado, sin recursos tecnológicos como radares o satélites, sin aviones y con pocos barcos de guerra. A mano pelada, mucho hacemos ante el avasallador poder de los carteles de la droga. Pero, si somos tan corruptos que para combatir al narcotráfico no pueden ayudar, ¿por qué entonces no hacen como en el gobierno de Hipólito Mejía, y comienzan a cancelar las visas de los sospechosos? ¿Por qué no nos ayudan a limpiarnos, pidiendo en extradición a aquellos funcionarios que estén en contubernio con el narcotráfico?    

La cacareada “iniciativa de Mérida” destina menos de US$200 millones anuales a combatir las drogas en siete países de la región, de los cuales toca a Santo Domingo una pitanza. Un solo embarque de coca cuesta más que ese total. ¡Debería darles vergüenza!

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