Una doble preocupación

Una doble preocupación

La  pobreza del debate electoral, con  múltiples  manifestaciones de transfuguismo  y un nexo abundante entre los favores oficiales y la asistencia a  manifestaciones políticas, son un motivo de preocupación. Lo fundamental en estos procesos deberían ser la exposición clara y convincente de programas y de conductas meritorias para que el elector escoja sin el efecto distorsionador de la estridencia y del inmediatismo con que muchos aspirantes  se lanzan a seducir voluntades. Se despliega con intensidad una campaña de fundas y dádivas diversas,  incluyendo dinero, y promesas que deberían parecernos ingratamente familiares por repetidas e incumplidas  y por su desconexión con las posibilidades reales del Estado.

Este ruidoso derroche de recursos causa una preocupación adicional. La falta de conciencia y las agudas necesidades de un electorado que en su mayoría es de insuficiente escolaridad, es promisorio para los proyectos políticos basados en la compra de adhesiones. Las condiciones para que las masas reaccionen a impulsos primarios son creadas permanentemente por la falta de inversiones en educación que desde el Estado se impone. Contra el sufragio poco exigente, y que no conduce a  una   elección  idónea de  candidatos,  deben pronunciarse  con intensidad  permanente los sectores de la sociedad civil más preocupados por el futuro de la democracia.

En el aniversario de la Marina

La Marina de Guerra Dominicana, que en su inicio hace 166 años tuvo un bautismo de acción en favor de la Independencia nacional, celebra en estos días un aniversario más de su fundación. En muchos  de los comandantes   y miembros de esta institución existe orgullo profesional  y de servir a la sociedad aún con limitaciones de recursos. Lo de “guerra”, evidemente, ha pasado a un segundo plano. Algunas de las misiones constructivas que  ha desarrollado últimamente nuestra modesta armada han sido de rescate y de transporte urgente de ayuda humanitaria, además de vigilar costas en nombre de la soberanía y la ley.

Encomianbles esfuerzos aplican los mandos navales actuales por dejar definitivamente superada la grave infiltración del crimen de narcotráfico que en el pasado reciente deshonró unos uniformes blancos que deberían  estar siempre impolutos. Cálidas y sinceras felicitaciones a los buenos marinos de ayer y de hoy.

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