HAMLET HERMANN
El doctor Joaquín Balaguer no habría estado conforme con las conmemoraciones en torno al centenario de su nacimiento en la aldea de Navarrete. Unos pocos de sus seguidores escribieron artículos de prensa para no pecar de malagradecidos. Pequeños grupos de decenas de personas se reunieron bajo carpas para recordarlo en un parque urbano.
A falta de masas populares y como única forma de multiplicar sus opiniones, convocaron a los medios de comunicación y así pudieron dar a conocer cuánto recordaban a su líder. Otro grupo de centenares de funcionarios públicos asistió al Palacio Nacional para escuchar anécdotas intrascendentes sobre Balaguer mientras pasaban de contrabando consignas electorales que hicieron trizas la solemnidad de aquel recinto. Nadie debería entonces alegar que el pueblo dominicano celebró o conmemoró el nacimiento de aquel solterón empedernido cuya única obsesión fue el poder político absoluto. Al buen estilo balaguerista, esta ocasión fue utilizada por los administradores del Estado para tratar de aniquilar a sus discapacitados adversarios políticos.
Cabe entonces la pregunta: ¿quiénes conmemoraron el centenario de Balaguer? La lista es corta, tan reducida como la cantidad de personas que asistieron a los actos de ocasión. Entre estos se encontraban:
1- Los familiares de aquellos que compartieron con Balaguer las décadas de servicio a la tiranía de Rafael Trujillo;
2- Algunos relacionados de los que simularon ser anti trujillistas luego de la muerte de El Jefe y a quienes Balaguer rescató para que lo ayudaran a repetir el estilo de gobierno de Trujillo;
3- Los que a Balaguer se sumaron en 1966, luego de la tercera invasión militar de Estados Unidos contra República Dominicana, para evitar el surgimiento de la democracia dominicana, proyecto éste que contó con el apoyo ilimitado de los gobiernos de Lyndon B. Johnson, Richard Nixon y Gerald Ford;
4- Los familiares de los empresarios asociados a Trujillo cuyas propiedades les fueron devueltas por Balaguer luego de la confiscación legal hecha por el Consejo de Estado en 1962;
5- Los empresarios nacionales y extranjeros que se beneficiaron de las facilidades y privilegios concedidas por sus gobiernos como resultado de la planificada quiebra de las empresas estatales;
6- Los funcionarios que, cumpliendo órdenes emitidas por Balaguer, hicieron añicos la institucionalidad del Estado dominicano y sin poseer industrias, comercios, bancos o herencias cuantiosas, acumularon enormes e inacabables fortunas;
7- Los componentes del anillo palaciego quienes pusieron en práctica la política balagueriana de la fundita y el damelomío al tiempo que prostituyeron el pago de los servicios públicos hasta crear la convicción generalizada de que estos deben ser gratis, una magnífica forma de que nunca podrán ser resueltos esos problemas;
8- Los jefes militares que, basados en la obediencia debida, cometieron incontables violaciones a los derechos humanos en nombre del anti comunismo y de la preservación de Balaguer en el poder, hechos por los que fueron gratificados con bienes del Estado y con la garantía de impunidad eterna;
9- Los malhechores convictos y confesos que durante sus gobiernos conformaron grupos terroristas como el Frente Anticomunista La Banda, Los Incontrolables así como los que formaron parte de los grupos operativos dentro de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional;
10- Los obispos y sacerdotes católicos que, en nombre de Dios, miraban para otro lado supervisando las construcciones de iglesias y otras edificaciones mientras los gobiernos de Balaguer aterrorizaban al pueblo y desperdiciaban vidas de jóvenes valiosos para la patria;
11- Los ingenieros, arquitectos y negociantes de la construcción quienes acapararon la totalidad de las obras durante 22 años hasta acumular fortunas que constituyeron un oligopolio en el sector, grupo que todavía predomina con el beneplácito de un gobierno que emula el estilo de Balaguer;
12- Los centenares de millonarios creados por sus gobiernos quienes, antes de entrar al despacho presidencial, entregaban su diezmo político en la habitación contigua;
13- Los hijos procreados y nunca reconocidos que infructuosamente esperaron por una reacción humana y paternal de aquel solterón obsesionado por el poder político;
14- Los dirigentes políticos que sólo pudieron gobernar desde el Palacio Nacional cuando Balaguer los utilizó para impedir en 1996 el triunfo electoral de Peña Gómez;
Como puede apreciarse, fueron muy pocos, una ínfima proporción de los nueve millones de habitantes de República Dominicana los que conmemoraron el centenario de Balaguer. No obstante, hay que reconocerles a los recordadores balagueristas y neo-balagueristas su habilidad para hacer uso de los recursos del erario en esta conmemoración. Tantos como fueron necesarios para aprovechar la ocasión con una miserable maniobra electoral que nos hace recordar las obsesiones de poder de Joaquín Balaguer Ricardo.