Una escuela de necesidad imperiosa

Una escuela de necesidad imperiosa

Hacía más de dos años que no habíamos visitado la Escuela Nacional de Medio Ambiente y Recursos Naturales ubicada en Piedra Blanca, municipio de Jarabacoa,  provincia de La Vega, hasta que fuimos invitados por su directora, la licenciada Martha Fernández, al Acto de Graduación de la XIII Promoción de Técnicos en Medio Ambiente y Recursos Naturales, que se llevó a cabo el 5 de julio del año que discurre.

En efecto, 28 estudiantes se graduaron en Gestión Ambiental y 7 en Manejo de Recursos Naturales.  Estos jóvenes, serán los posibles redentores de todos los atropellos contra la naturaleza que vándalos han procedido a deforestar nuestros dos principales parques Nacionales; el José del Carmen Ramírez y José Armando Bermúdez, en la misma Cordillera Central, los cuales presentan un panorama desolador por la acción directa de hordas de carboneros, sembradores de habichuelas y guandules y sobre todo, los ganaderos que han cortado los árboles para que se multipliquen los pastos para sus vacas,  ovejos y chivos.  A estas devastaciones debemos agregarle la acción ejecutada por nacionales haitianos, que mutuo propio o por encargo de malos dominicanos,  practican el conuquismo que contribuye de manera acelerada a la destrucción, no sólo de los árboles, sino también a erosionar la capa vegetal.

El discurso de la licenciada Martha Fernández, directora de la Escuela, muy acucioso y acertado por cierto, nos recordó que la misma había sido creada por iniciativa del presidente Balaguer en la década de los 60, contando con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la cual donó las actuales edificaciones.  Tuvo además, el soporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el aporte de los terrenos por el señor Negro Sierra en donde se edificó entre magníficos pinares la Escuela.

Recordó la licenciada Fernández que a los estudiantes se les enseña y se les inculca el cumplimiento de la Ley 64-00, sobre medio ambiente y recursos naturales, aduciendo que “el sistema ambiental forma hoy parte de la agenda mundial y es uno de los ejes de la estrategia nacional para el desarrollo del país”.

Por supuesto, que sin el concurso de organismos internacionales vinculados con este tipo de actividades y también del sector privado  no sería posible el sostenimiento de este tipo de institución.  Entre las primeras citó: The Natural Conservancy, Farmer to Farmer y de las nacionales, a Cemento Cibao, cuya representante la señora Amelia Rodríguez de Fernández, se encontraba entre los presentes, así como Leche Rica y otras.

Los graduandos fueron exhortados  para que velen por el futuro del país, ya que nuestras autoridades están conscientes que para la consecución de esta meta, hay que integrar a la juventud para que conserven y mejoren los recursos naturales que son el sostén del presente y de las futuras generaciones.

De su parte, el Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, doctor Bautista Rojas, a la vez que arengó a los graduandos para que se mantuvieran firmes en el desempeño de la nueva carrera que se proponían iniciar, les prometió contratarlos como auxiliares de su cartera de manera que se mantuvieran ligados a la conservación del disminuido patrimonio natural que nos queda, con fines de acrecentarlo y detener la desertificación de parte del territorio nacional.

La paradoja insólita de esta Escuela Nacional de Medio Ambiente y Recursos Naturales, es que  el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, todavía no la ha reconocido como una institución oficial  y  el Diploma que otorga  aún no cuenta con el aval oficial.  A nuestro entender, es imperativo que esta anomalía sea corregida lo antes posible, para que estos y los futuros graduandos, lo puedan exhibir con orgullo, en una disciplina tan necesaria para la Patria, pero a la vez ínfimamente remunerada.

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