El periodista y escritor Bernard Diederich abogó ayer porque se levante una estatua para honrar a los jóvenes que lucharon contra la dictadura trujillista. Diederich, quien cubrió como periodista esos acontecimientos, resaltó el valor de los jóvenes desde el 30 de mayo de 1961 hasta diciembre de ese año.
El periodista internacional Bernard Diederich abogó ayer porque se levante una estatua para honrar a los jóvenes que lucharon contra los remanentes de la dictadura trujillista en 1960.
Al participar en un conversatorio en la Sociedad Dominicana de Bibliófilos sobre los últimos meses que estuvo en el país como corresponsal extranjero, Diederich resaltó el valor de los jóvenes desde el 30 de mayo de 1961 hasta diciembre de ese año.
Los testimonios del periodista fueron recopilados en el libro Navidad con libertad, editado por Sociedad Dominicana de Bibliófilos.
Diederich fue por más de 30 años corresponsal en el extranjero de la revista Time.
A su juicio, el empeño, sobre todo de los jóvenes en 1961, cambió el sentido de la marea, ya que rehusaron cualquier compromiso con los residuos de la dictadura y enviaron a Ramfis Trujillo y a sus tíos al exilio.
Sostuvo que hubo muchos héroes que pelearon en las calles, sobre todo, en la capital y en Santiago, por la libertad que disfrutan los dominicanos.
Era emocionante comprobar cómo las personas, hombres y mujeres, gritaban en las calles, rebelándose contra el régimen, luego de haber enmudecido durante 30 años, expresó el periodista.
Manifestó que la nostalgia por la era de Trujillo es fruto de la ignorancia, y reconoce que algunos se beneficiaron de la dictadura.
Expresó que la democracia es cien veces mejor que la dictadura destructiva que el país soportó por más de 30 años.
Otros que hablaron. En el conversatorio hablaron además el presidente de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, Mariano Mella; el ex presidente de la Academia de Ciencias, Mario Bonetti; el empresario turístico Frank Rainieri y la ex dirigente estudiantil y juvenil Eulalia Flores.
Estuvieron presentes, también, el historiador y economista Bernardo Vega y Ginette Diederich, esposa del periodista.
A cambiado. El periodista manifestó que el país ha cambiado tanto desde el ajusticiamiento de Trujillo hasta la actualidad, que incluso tiene hasta un Metro.
Dice plagió su libro. Diederich reiteró que el Premio Nobel de Literatura 2010, el peruano Mario Vargas Llosa, plagió su libro Mataron al Chivo en su novela La Fiesta del Chivo.
Criticó que el Premio Nobel de Literatura Vargas Llosa arrogantemente expresara que debía estar orgulloso de que eligiera copiar su obra.
Manifestó que Vargas Llosa hizo alarde de su mezquindad y arrogancia al acusar a otros escritores de ser escritorzuelos.
Diederich indicó que tuvo problemas con los paleros trujillistas y que los artículos que escribía no los firmaba.
Eulalia Flores, quien le entregó un cd de merengues contra la dictadura de 1961, contó que el periodista la salvó.
Durante el conversatorio Diederich habló en español e inglés.