Una experiencia de paz y comprensión

Una experiencia de paz y comprensión

En esta fecha es muy característico pensar: ¿cómo vamos a celebrar la Noche Buena y el día de Navidad? con quién vamos a disfrutar estas fiestas? ¿qué vamos a regalar? Pero todo este ajetreo no tiene sentido si no consideramos que Cristo es el festejado, a quien tenemos que acompañar y agasajar en este día. El Señor quiere que le demos lo más preciado que tenemos: nuestra propia vida; por lo que este período de Adviento es un tiempo especialmente apto para reflexionar, orar y vivir el compromiso personal y comunitario a favor de la paz y la tolerancia.

Precisamente este es el motivo que me inspira a tratar sobre esa experiencia de paz y comprensión, el perdonar. El Señor que inició el camino de perdón y de conversión en nosotros, está deseando llevarlo a buen término, en esta espera de su venida.

Es por esta razón que deseo comentarles, que una vez alguien me dijo que para triunfar en la vida había que amar, perdonar y olvidar. En ese momento me lo dijo una amiga; años después me lo ha dicho la vida. Y es que solamente al usar esas tres palabras constantemente podemos vivir en paz y en armonía con nosotros mismos.

La imaginación y el egoísmo muchas veces se convierten en causa de resentimiento: interpretamos las actitudes, miradas y hasta sonrisas de los demás de una manera negativa, la forma en que “creemos” que nos habló nos parece no de acuerdo a lo que esperábamos y por eso ya nos “ponemos mal” y reaccionamos o nos “cerramos”…, muchos de nuestros sentimientos negativos hacia los demás tienen origen en momentos en que nosotros estamos susceptibles por algún motivo.

Sé que suena duro pero cuando aprendes y tomas responsabilidad de tu vida te das cuenta que todas las situaciones que vives son simple creación de tus pensamientos, miedos, creencias y paradigmas.

La razón por la que muchas personas no pueden perdonar, es que el perdón no es un negocio o un arreglo de conveniencia.  Al perdonar no se está ganando, se está dando. El perdonar quizás sea para muchos un camino difícil de recorrer, pero al final es lo que nos llena de paz interior.  Es importante entender que cuando te liberas de todas las emociones que te causa la situación, significa que estás libre y perdonaste. Eso no necesariamente implica que tienes que volver a ser íntimo de la persona que causó el daño. Simplemente perdonas y dejas ir.

Si tenemos paz interior, serenidad interna, tranquilidad espiritual, todo lo demás vendrá por añadidura. No olvidemos que en el perdón está la base del amor, perdonar significa cerrar ciclos y darse la oportunidad de comenzar nuevos, dejando atrás cualquier fantasma. Perdonar no significa olvidar o negar las cosas dolorosas ocurridas. Perdonar es la poderosa afirmación de que las cosas malas no arruinarán nuestro presente, aún cuando hayan arruinado nuestro pasado.

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