Una fiscal rebelde, nueva heroína en protestas de Venezuela

Una fiscal rebelde, nueva heroína en protestas de Venezuela

Luisa Ortega.

Venezuela .— Los rivales del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que han tomado las calles día tras día, han encontrado a una heroína inesperada: la fiscal jefe que ayudó a meter a muchos de ellos en prisión.

Hasta hace poco, Luisa Ortega estaba considerada como una incondicional del gobierno socialista, responsable de docenas de detenciones con cargos falseados contra manifestantes contrarios al gobierno. Pero ahora se ve respaldada por la oposición y los partidarios desencantados del fallecido Hugo Chávez por su decisión de romper con Maduro, el sucesor designado por el “El Comandante”.

Roberto Marrero, uno de los abogados del preso político más destacado del país, Leopoldo López, se encontró a sí mismo entre los miles de personas que acudieron a una reciente manifestación en apoyo de Ortega, cuya oficina procesó a López.

“Cada Mandela necesita un De Klerk”, dijo, refiriéndose al presidente blanco que supervisó el fin del Apartheid en Sudáfrica.

La aceptación de Ortega en la oposición venezolana, aunque estratégica e incómoda, subraya una sombría realidad tras tres meses de protestas paralizantes pero por ahora infructuosas: destituir a Maduro requerirá ganarse a algunos de sus aliados.

Ortega, la desertora de mayor nivel por ahora, aporta una combinación única de historial revolucionario impecable, conocimiento de primera mano sobre el funcionamiento interno del gobierno y un cargo semiautónomo que pone trabas a las iniciativas del gobierno para centralizar el poder y aplastar a la oposición.

“Lo que más preocupa al gobierno es un cisma en el movimiento gobernante”, señaló Francisco Toro, editor del blog opositor Caracas Chronicles. “En ese sentido, ella una amenaza mayor que 200.000 personas en la calle”.

Hasta hace poco, los venezolanos no sabían mucho de esta abogada de 59 años, a la que habían visto en la televisión estatal durante años siguiendo de cerca la línea del gobierno.

Ortega, hija de un ganadero en las llanuras centrales de Venezuela, estudió derecho en la ciudad de Valencia, donde ayudó a organizar protestas de estudiantes y trabajadores textiles a finales de la década de 1970 como miembro de la rama legal de una guerrilla clandestina conocida como el Partido de la Revolución Venezolana.

Douglas Bravo, que dirigió el ahora disuelto grupo marxista, la recuerda como trabajadora y talentosa, y dijo que siempre defendió los principios de la democracia, el respeto a los derechos humanos y el antiimperialismo