Una forma de exclusión social

Una forma de exclusión social

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) afirma que un 26% de las personas menores de edad en el sur del país carece de acta de nacimiento. Dicho en otros términos, una cuarta parte de los que no han cumplido la mayoría de edad están privados de acceso a servicios vitales como la educación y la salud, así como otras prestaciones sociales que debe garantizar el Estado. Un Estado organizado tiene entre sus preocupaciones primarias la identidad y registro de todos en su territorio, sean nativos o extranjeros, para poder administrar  los derechos y deberes ciudadanos que correspondan.

La exclusión social condena a estos seres a una posición social excluyente, que los discrimina entre todos sus hermanos de nacionalidad. Se trata de gente que “está”, pero no “es”, que carecen de los medios jurídicos habituales para identificarse. Se trata de menores de edad que no pueden inscribirse en las escuelas ni acogerse a ningún beneficio social. Unicef afirma que el país podría ser amonestado por semejante situación pero, independientemente de eso, a nuestras autoridades debe darles vergüenza que tengamos tantos excluidos en pleno siglo veintiuno. Tenemos que llegar a niveles de organización que permitan que cada niño que nazca salga del establecimiento médico con su acta de nacimiento. Hay que eliminar esta forma de exclusión social.

 

Hagámosle caso a ese llamado

Las autoridades sanitarias y la población en general tienen que aunar voluntades en estos tiempos para evitar la multiplicación de los casos de dengue, leptospirosis y otras patologías cuya incidencia ha aumentado considerablemente por causa de los torrenciales aguaceros de estos días. Por causa de las lluvias se multiplican los hospederos del mosquito que transmite el dengue y las ratas, que trasmiten a través de su orina la leptospirosis, al ser desalojadas de sus madrigueras por el agua, frecuentan más el hábitat humano.

Aunque ha sido declarada  alerta epidemiológica, la Sociedad Dominicana de Pediatría requiere que haya mayor vigilancia de parte de las autoridades sanitarias. Su requerimiento está justificado en  la multiplicación de casos de dengue y otras enfermedades. Las familias también deben hacer su parte, extremando la higiene y la buena disposición de heces y desperdicios. Hay que acoger ese llamado.

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