Una Fórmula Uno al rojo vivo

Una Fórmula Uno al rojo vivo

Los que poco saben de Fórmula 1, hablan de la enorme importancia que tiene el auto en las victorias de carreras. Incluso llegan a comentar que un piloto no es más que un mero componente de muy poca importancia. Se equivocan y de mucho: aunque es cierto que el motor, los neumáticos, el paquete aerodinámico y los demás elementos de un Fórmula 1 son esenciales para ganar, es el piloto el que transmite sensaciones y pide modificaciones para encajar, afinar y acoplar todos esos elementos para hacerlos ganadores.

Un buen piloto es quien sabe convertir un auto mediocre en uno ganador. Los ingenieros, mecánicos y directores de pista solos, no logran ganar Grandes Premios.

En un pasado reciente lo hizo Michael Schumacher, cuando en su llegada a la Fórmula Uno logró que un equipo mediocre (Benetton) ganara dos campeonatos. Y repetía algunos años mas tarde pasando a Ferrari, que atravesaba la peor racha de su historia, aportando una nueva metodología de trabajo al equipo, que junto a su inteligencia, su profesionalidad y, quizás también, sus manías, sus trucos y sus secretos, lograba que en 1999 Ferrari fuera campeón del mundo por equipos, y desde el 2000 hasta 2004 dominaran campeonato de pilotos y constructores. Una muestra bien precisa de que el piloto también juega un papel importante para convertir un equipo perdedor en uno arrasador. El esfuerzo, el tesón y las ganas de ganar de Schumacher devolvieron las mieles de la victoria de Ferrari.

Ahora el actual campeón Fernando Alonso, después de las múltiples criticas que le han hecho por haber abandonado al equipo (Renault) que le permitió adjudicarse los últimos dos campeonatos, para fichar con una McLaren-Mercedes en crisis de fiabilidad mecánica y falta de resultados, -no ganaba GPs desde 2005 y campeonatos desde 1999-, está repitiendo la historia del gran ‘Schumy’ pero en un tiempo mucho más breve.

En el primer GP del año, Australia, muchos quedamos decepcionados con la maniobra de salida de Fernando, rezagado, intimidado y superado incluso por su novato compañero de equipo.,entonces pensamos que las impresionantes salidas que el español nos tenia acostumbrado con los Renault, eran fruto de algún control de tracción de los bólidos franceses. Pero el español en su segundo GP con la escudería McLaren ya ha batido los que parecían invencibles, los monstruos rojos (Ferrari).

GP de Malasia

Los tiempos de clasificación del pasado GP de Malasia, pole para Felipe Massa y 3ro Raikkonen, puso pensar a muchos que nadie podía alterar el poder de los Ferrari. Pero la impresionante arrancada de Fernando Alonso demostró que el control de tracción no era de Renault, sino de él. Una muestra de superioridad que lo regenera y que avala las enormes cualidades de pilotaje demostrado en estos últimos años. Con la soberbia participación del domingo pasado Alonso rehabilita la historia de su ex contrincante Schumacher : transformar un equipo mediocre a team ganador, es decir llevar los pocos competitivos McLaren a ser los autos a batir. Unas prestaciones que deja claro que el piloto a batir y superar es él.

Pero Malasia no ha sido sólo eso, el circuito de Sepang manifestó que su compañero, Lewis Hamilton, es también una realidad a tomar en mucha consideración. En la arrancada Hamilton no solo supero los dos Ferrari, sino hizo de tapón a los autos rojos y fue una ayuda inmejorable para Fernando Alonso. Gracias a ello, el español se escapó en solitario.

En Sepang quedó demostrado que los dos pilotos McLaren tienen calidad e inteligencia para dar la pelea a la dupla roja, aún con inferioridad de auto. Y lo hicieron con confianza, maestría, caballerosidad y fiereza. Terminando en primer y segundo lugar como dos auténticos campeones.

Pero en Malasia no sólo quedó claro que este año va a haber mucha lucha en la pista. En ese GP Massa demostró su inmadurez e incapacidad de liderar una lucha seria. Probablemente pueda ser muy rápido a una sola vuelta, y rodar en solitario cuando las cosas marchan bien, pero cuando hay que luchar con un adversario fuerte, pelearle la posición en pista, adelantarlo y recuperar… no siempre es acertado. En carrera Massa cometió errores que recordaron las del colombiano Juan Pablo Montoya, mientras Hamilton jugaba con el Ferrarista como quiso. Tras la pasada de frenada y trayectoria perdida en el primer intento de adelantamiento, ya nos imaginábamos que la lucha no acabaría bien para Felipe; y así fue: en un enésimo intento de rebase para lograr la segunda posición, Massa no pudo controlar su Ferrari que acabó saliendo a la grama. Lewis no tuvo más que dejarle pasar y se saliera solo. Fantástica actuación de un debutante y curiosa comparación entre dos pilotos con experiencias muy distintas.

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