La procesión por los pasillos del hotel Jaragua de damas elegantemente vestidas con trajes largos, acompañadas por distinguidos caballeros de esmoquin, anunciaban una gran celebración: el Cuerpo de Marines de Estados Unidos arribó a su 233 aniversario, y los embajadores norteamericanos en el país ofrecieron un baile para festejar tal acontecimiento.
Los diplomáticos Robert y Lissa Fannin recibieron a casi trescientos invitados, quienes departieron por espacio de una hora en el lobby del salón, oportunidad que utilizaron para tomarse fotografías delante de las banderas de Estados Unidos y del Cuerpo de los Marines, y así llevarse a sus casa un recuerdo de la noche.