Hace unos días leí en el periódico español El País, un reportaje sobre la iniciativa de un joven suizo llamado David Roth, quien al frente de los jóvenes socialistas lanzó una iniciativa que le viene como anillo al dedo a nuestro país.  En efecto, la iniciativa 1:12 que según el diario: “pretende poner coto a los desorbitados salarios de los ejecutivos en su país”, cuyo significado es que “un empleado de una empresa ganase en un mes más que cualquier otro en un año”, es una realidad que no solo acontece en Suiza, sino en muchos países económicamente menos adelantados.

En nuestro país, por ejemplo, muchos Ministerios, funcionarios de bancos públicos y hasta asesores, no solo devengan salarios mensuales que pueden ser multiplicados por hasta cinco años del salario básico de un empleado normal.  Es más, nos atrevemos a indicar, que encumbrados funcionarios que asisten a “Directorios”, en los cuales pasan apenas un corto tiempo, cobran entre RD$100,000 y RD$300,000, lo cual significa más de dos años de salario mínimo en apenas dos o tres horas de asistencia, o posiblemente de levantar la mano en señal de “apruebo” o “corroboro”.

Al señor Roth le pareció que había que ponerle un tope a los elevados salarios que devengaban funcionarios, especialmente los banqueros que no obstante estar en problemas, cobraban bonos mientras el banco iba hacia la bancarrota.  Él ha interpretado el sentir de “la gente, que cada día tiene más claro que los grandes salarios son un abuso”.

 Pero Suiza, como todas las democracias europeas tiene sus reglas y para que esta iniciativa  sea refrendada en consulta popular el 22 de noviembre y pueda ser entregada al Parlamento, el señor Roth debe recoger 100,000 firmas, las cuales al parecer tiene aseguradas de la gente de a pie.

La Patronal y las grandes empresas no ocultan su preocupación al tener pánico ante este ataque frontal a sus políticas salariales.  El pueblo ha despertado y ven con buenos ojos una decisión que obligue a las industrias, bancos, empresas comerciales y otras similares, a remunerar a sus empleados conforme a una escala que no implique un desbalance o ley del embudo, lo ancho para los de arriba y lo estrecho para los de abajo.

Es también oportuno señalar, que en el país, últimamente se ha desatado una ola que envuelve enormes sumas de dinero para jubilaciones de funcionarios públicos asalariados en las cuales, ellos mismos se han fijado el monto a recibir mensual.  Hay “pensiones” que oscilan entre RD$35,000 y 800,000 pesos dominicanos, que aunque los tildan de “devaluados”, significan recompensar a alguien que por su posición en política partidista, ”merece” esa urticante premiación.  Lo peor del caso, es con la desfachatez que la reciben haciendo caso omiso y burlándose de los que osan denunciarlos.

Lo interesante de esta propuesta de Roth, es que ya ha sido respaldada por los 26 Cantones que componen  su país, ya que ha sido contundente su demostración de cálculo entre la relación de cobro entre “el ejecutivo mejor pagado y el empleado con más baja remuneración la cual supera con holgura el 100 a 1”.

Lo interesante de esta iniciativa es la seria preocupación en la cual está sumida la clase empresarial europea, al saber que esta onda expansiva pueda tocar las puertas de sus respectivos Parlamentos y que de la noche a la mañana, los salarios de los altos ejecutivos puedan ser cosa del pasado.

Sin creernos pájaros de “mal agüero”, no duden mis lectores, que este “tsunami salarial”, llegue a nuestras costas y porqué no, hasta siga de largo y afecte igualmente a otros países en donde la clase empresarial “reina por sus fueros” y entiende, que cuanto más gana un ejecutivo, más respeto tendrá entre sus empleados, cosa que los suizos se están atreviendo a desmitificar.

Ahora, todo dependerá del éxito o el fracaso que la iniciativa 1:12 tenga en el Parlamento Suizo.  De ser positivo, la iniciativa hará eclosión y pondrá a temblar, no sólo a países circunvecinos, sino también allende los mares.