BIENVENIDO ALVAREZ-VEGA
El Presidente de la República ha dicho que aspira a crear medio millón de empleos en lo que resta de su gobierno. Excelente meta esta del jefe del Estado, porque el empleo es, con la educación, el principal mecanismo que tiene una nación para romper con el círculo perverso de la pobreza. Pero este objetivo de política económica y social es de tal envergadura que el doctor Leonel Fernández Reyna tendrá que emplearse a fondo para conseguirlo. Si lo consigue estaría imprimiéndole a la economía dominicana un dinamismo y una capacidad de compra sin precedentes.
El desempleo salió a relucir en todas las encuestas publicadas en el país durante el año recién transcurrido como uno de los grandes problemas domésticos. Hay un desempleo que oscila entre el 19 y el 20% de la población económicamente activa, pero lo que antes la jerga económica llamaba subempleo, que ahora denomina informalidad, eleva el desempleo real por las nubes. Por lo tanto, todo esfuerzo que se haga dirigido a revertir ese cuadro será bienvenido. Quienes más lo agradecerán serán los jóvenes, el sector de la población más golpeado por el desempleo.
La complejidad de la propuesta presidencial está en el tiempo y en los recursos financieros que deberán disponerse para crear 500 mil empleos en lo que resta del período presidencial. Veamos lo siguiente: de los 48 meses de gobierno de cada cuatrienio, al Presidente Fernández le quedan 32. Tendríamos, entonces, que la economía deberá generar 15,625 empleos cada mes.
Hasta ahora, las áreas que más capacidad tienen para generar oportunidades de trabajo son las zonas francas industriales, el gobierno y la industria de la construcción. Las zonas francas no están, por razones internacionales, en su mejor momento. El gobierno está impedido de seguir inflando las nóminas públicas, porque ello implicaría un aumento en el gasto público. Y en cuanto a la industria de la construcción, este sector retrocedió, por lo menos durante el período enero-septiembre del año pasado.
Nos parece, sin embargo, que la posibilidad que tiene el gobierno de empujar hacia la creación de empleos en el corto plazo es mediante la creación de mecanismos que impulsen la decaída industria de la construcción y las actividades colaterales. La construcción cayó de manera estrepitosa en el primer trimestre del año, 12%, pero luego fue recuperándose de forma paulatina, pero aún así al final septiembre su crecimiento negativo era de 2%. También decrecieron la fabricación de varillas y de pintura.
En su esfuerzo para crear empleos el Presidente Fernández deberá procurar, con urgencia, una dinamizaciòn de la industria de la construcción. Los protagonistas del sector han señalado los fondos de pensiones de la seguridad social como una salida para restablecer la vitalidad de la fabricación de casas, apartamentos, torres y establecimientos para comercios y turismo.
El Presidente ha estado muy confiado, se comenta en privado, en los beneficios que dejarán los proyecto de Sans Soucí, el Metro y la isla artificial. Los dos primeros proyectos, los más seguros, introducirán cambios importantes en la construcción, pero no parece que serán suficientes para generar más de 15 mil empleos durante los próximos 32 meses. Faltaría algo más.
Hemos de esperar, de todos modos, las medidas que seguirán al objetivo de política económica enunciado por el jefe del Estado en los días navideños y ratificado ayer en el Palacio Nacional.