POR ELVIS LIMA
La menor de 13 años que permaneció por más de 30 horas desaparecida en el Pico Duarte recurrió a su inteligencia para actuar como si estuviera en una película de ficción, donde la soledad tendría su papel protagónico, para así poder sobrevivir a la angustia dejada por aquellos malos momentos.

 Desde amarrarse de un árbol para evitar irse al precipicio a la hora de dormir hasta administrar de forma racional tres porciones de alimentos enlatados que llevaba en su mochila fueron parte de  la odisea vivida por Roberta Seravalle Tholenaar, quien se mantiene recluida en la habitación 345 del Hospital Plaza de la Salud.

La adolescente, quien es la tercera ocasión que se aventura a subir los más de  tres mil metros de altura del Pico Duarte, relató a su abuelo paterno, Renzo Seravalle, que desde el principio supo que estaba extraviada por lo que optó por buscar huellas de lodo y fango bajo el entendido de que donde hay rastros de esa naturaleza fue porque pasó persona.

 “Ella me relató que se preparó desde el principio mentalmente y que, además del lodo, intentó buscar las orillas del río porque entendía que ese sería el mecanismo más idóneo para su rescate”, aseguró Serravalle a los reporteros de Hoy minutos después de visitar a su nieta.

La menor fue rescatada por guías de montaña el pasado sábado a las 9:00 de la noche en la localidad de La Compartición, en  la Cordillera Central, junto al mulo en que viajaba. Los helicópteros de las Fuerzas Armadas habían suspendido las labores de rescate debido a las lluvias y fuertes neblinas que afectaban la zona, pero las labores fueron reiniciadas a medida que el clima lo fue permitiendo.

Seravalle dijo además que la niña  también le contó que al escuchar el sonido de los helicópteros se percató de que la estaban buscando, por lo que decidió ubicarse en lugares de mayor altura y visibilidad a fin de que los socorristas pudieran ubicarla.

“Lo que más me llamó la atención de todo lo que me dijo fue que minutos después de estar extraviada se le presentó un pajarito, el cual le acompañó hasta el momento de su rescate, nunca sintió miedo, me insistió”, manifestó Seravalle.

Aunque se mantiene estable de salud, la adolescente que cursa el octavo curso en el colegio Nostradamus se siente un poco cansada. Ayer comió de manera normal y recibió la visita de familiares y amigos.

Anoche se informó en la Plaza de la Salud que de mantener la mejoría que hasta el momento ha exhibido podría ser dada de alta en el día de hoy.