Una guerra compleja

Una guerra compleja

 BAGDAD (AP) _ Los militares estadounidenses están combatiendo la guerra de guerrillas más compleja de su historia, con 140.000 soldados estadounidenses entrenados para luchas convencionales enfrentando a grupos insurgentes armados hasta los dientes y sin un líder supremo.

   Los más de 30 grupos de insurgentes coinciden en poco, salvo en sacar a los estadounidenses de Irak.

   En otras guerras donde han participado los estadounidenses, el enemigo era fácil de identificar. En Vietnam había un líder visible _ Ho Chi Minh _ que comandaba un ejército para llevar a todo el país al socialismo.

   Pero en Irak, la desorganizada insurgencia no tiene un único comandante, como tampoco un ala política ni un grupo dominante.

   Los soldados estadounidenses no pueden basarse en un sólo enfoque para combatir a grupos cuyas metas y operaciones son diferentes.

   Y es difícil distinguir a los combatientes de los civiles en una tierra caótica donde importantes porciones de algunas poblaciones respaldan a los insurgentes y otras temen demasiado arriesgar sus vidas para ayudar a los extranjeros.

   «Es una insurgencia más compleja y desafiante que cualquier otra que haya enfrentado Estados Unidos»», expresó Bruce Hoffman, un experto en contrainsurgencia que ofició como consejero de la ocupación liderada por Estados Unidos.

   Los insurgentes no están buscando una revolución tanto como obstaculizando al gobierno interino respaldado por Estados Unidos, provocándole tanto dolor como pueden a Estados Unidos y a sus aliados iraquíes y extranjeros.

   «Queremos que todos los perros estadounidenses abandonen el país»», expresó un líder insurgente en Faluya, que se identificó como Abu Thar, un ex coronel del ejército iraquí de 45 años.

   Más allá de eso, los cerca de 20.000 combatientes insurgentes tienen poco en común, aunque algunos grupos han trabajado juntos ocasionalmente en alianzas de conveniencia temporaria.

   Los comandantes estadounidenses describen la guerra como un conjunto de insurgentes clasificado en cuatro grupos con diferentes tácticas y metas.

   Tres de ellos están integrados por sunitas, la mayoría de ellos iraquíes. Un cuarto grupo es el del clérigo radical Muqtada, formado por chiítas, el mayor grupo étnico del país.

   El bloque de insurgentes más grande está compuesto por iraquíes que luchan para recuperar un poder laico que perdieron cuando Saddam Hussein fue derrocado en abril del 2003.

   El segundo grupo es una fracción cada vez más importante de combatientes radicales ligados a grupos terroristas, liderados principalmente por el miliciano jordano Abu Musab al-Zarqawi.

   Los militares estadounidenses creen que quieren convertir a Irak en un bastión opuesto a occidente que podría exportar la revolución islámica a otros países de la región.

   El tercer grupo consiste en iraquíes conservadores que desean instalar una teocracia islámica, pero se mantienen alejados de las tácticas terroristas y de las decapitaciones de rehenes.

   El cuarto, el Ejército Mahdi de al-Sadr, busca convertir al clérigo en el máximo líder chiíta de todo el país.

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