Hoy 
Si hay un real interés por convertir la República Dominicana en un Estado competente, capaz de aprovechar la apertura de mercado y enfrentarse con éxito al porvenir, se requiere poner en marcha una verdadera revolución en materia de educación, particularmente a nivel superior.
Un diagnóstico elaborado por nuestros periodistas Minerva Isa y Eladio Pichardo, publicado por este diario en trece entregas desde el primero hasta el 13 de este mes, pone al desnudo grandes debilidades de nuestra enseñanza superior.
Se trata de una herramienta muy valiosa, que aspira a servir de apoyo a los planificadores del porvenir de nuestro país, en el caso, claro está, de que se despierte la voluntad de transformar a la República Dominicana en un Estado en capacidad de afrontar exitosamente los desafíos presentes y futuros.
El diagnóstico abarca aspectos cualitativos de la enseñanza superior, las flaquezas de los programas curriculares, la poca consistencia de las maestrías, posgrados y programas de investigación, así como la falta de métodos pedagógicos que enseñen a estudiar e investigar.
También se ocupa de la pobre inversión en enseñanza superior y en la capacitación y actualización de personal docente, así como los contrastes entre las innovaciones tecnológicas y los remanentes del siglo XIX que predominan en este sistema.
Se trata en realidad de una valiosa herramienta que debe ser aprovechada para sacar de su estancamiento a la enseñanza superior, como paso previo para buscar la competitividad en todos los sentidos.
La inmersión de estos investigadores en la temática incluye abundantes sesiones de consulta con especialistas en la materia, con autoridades de las universidades y funcionarios del ramo.
La evolución del mundo reclama cada vez más dominio del conocimiento. Las tareas más elementales han experimentado cambios que incorporan avances tecnológicos cuyo manejo çorrecto amerita una preparación que debe ser aportada por profesionales bien formados en universidades.
Un país llega a ser competitivo en la medida en que domine y aplique el conocimiento, y en las circunstancias actuales, probablemente cuando más lo necesitamos, nuestra enseñanza superior no está en condiciones de conducirnos en esa dirección.
La UCE
La Universidad Central del Este (UCE) cumplió ayer 37 años de indiscutibles aportes al desarrollo del país, y fundamentalmente de la región oriental.
Su fundación se produjo en momentos en que la enseñanza superior estaba concentrada en la capital, a través de las universidades Autónoma de Santo Domingo y Nacional Pedro Henríquez Ureña, y en Santiago a través de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.
Su surgimiento acercó la enseñanza superior a los jóvenes de la región oriental, y en particular de San Pedro de Macorís.
La UCE también se ha destacado por acoger una matrícula bastante significativa de estudiantes extranjeros que se han radicado en la República Dominicana con la finalidad de capacitarse.
Esta academia fue la materialización del sueño que acariciaran por mucho tiempo emprendedores encabezados por el doctor José Hazim Azar, fallecido, y que ha continuado su hijo, el doctor José Hazim Frappier. Congratulaciones.
