Una hortaliza básica en la gastronomía

Una hortaliza básica en la gastronomía

Aunque su uso se conoce mucho en refrescantes ensaladas, el tomate es un fruto que puede adaptarse perfectamente a infinidades de platos. Por eso es considerado básico dentro de la gastronomía mundial. Desde un condimento para algunas comidas, como ingrediente principal de una receta.

La salsa para pizzas de Italia, el pan con tomate y la famosa sopa de tomates de España, los tallarines rojos del Perú, los tomates salteados a la provenzal, de Francia… son una muestra de que esta hortaliza ha sabido seducir todo el gusto culinario de muchos países, cada uno, adaptándolo a sus propias preparaciones.

Y aunque su origen no está muy claro y existe una disputa entre Perú y México, lo cierto que el tomate llegó para quedarse, no solo para aportar su dulzor a las comidas, sino también para la prevención de enfermedades. Contiene un antioxidante llamado licopeno, la sustancia que le da al tomate su color rojo y disminuye el riesgo de enfermedad cardíaca y de cáncer de próstata. Se dice que al cocinarlo, el nivel de licopeno aumenta.

Además de estar compuesto en su mayoría por agua, el tomate también contiene vitaminas, magnesio y calcio.

Consejos. Si compras los tomates, para guardarlos, procura elegir los más verdes. Y al guardarlos por más de dos días, es preferible que los refrigeres. Cuando se pongan demasiado maduros, no los deseches, con estos puedes preparar una salsa o una mermelada.

Recetas

Frituras de tomates al ajo

5 tomates
1 taza de harina de trigo
2 huevos
1/2 libra de miga de pan
4 dientes de ajo
1/ taza de aceite de oliva
Albahaca fresca
Sal y pimienta al gusto

Preparación. Cortar los tomates en rodajas gruesas y salpimentar. Pasar ambas caras por harina y a continuación por el huevo batido. Untar cada rodaja de tomate con la mezcla de miga de pan y ajo finamente picado. Cubrir con film transparente y llevar a la nevera durante 1 hora. Calentar el aceite en una sartén y dorar las rodajas de tomate. Ponerlas sobre papel absorbente, espolvorear con la albahaca picada y servir.
Sopa de tomate

8 tomates trozados
1 cebolla cortada en cuadraditos
1 copa de vino blanco
2 cucharadas de azúcar
Sal y pimienta al gusto
Aceite de oliva
Hojas de albahaca

Preparación. Empezar por hacer un aderezo de cebolla y aceite, freír hasta blanquear la cebolla. Añadir los tomates trozados y verter el vaso de vino blanco, cocinar a fuego medio por 10 minutos. Salpimentar y añadir azúcar a la preparación, remover. Licuar la preparación hasta lograr una crema o puré. Cocinar por 10 minutos más la crema resultante. Si la sopa está muy espesa se puede rebajar con un poco de agua. Pasados los 10 minutos, servir y colocar algunas hojas de albahaca encima de cada plato.

Mermelada de tomate

1 1/2 libras de tomates
1 libra de azúcar
Clavos de olor
1 astilla de canela

Preparación. Cortar los tomates maduros con piel y semillas en cubos regulares pequeños. Colocar en un bol con azúcar, cubrir con papel film y dejar reposar por una noche en la heladera, para que suelte todo su jugo. Colocar medio tomate con un clavo de olor para aportar mayor sabor a la preparación. Colocar los tomates con su jugo dentro de una cacerola junto con una rama de canela. Llevar al fuego y dejar cocinar a fuego bajo hasta que los tomates se deshagan y la preparación tome punto. Para verificar el punto colocar una cucharada de mermelada en un platito, dejar que se enfríe y pasarle el dedo o una espátula de goma para hacer un surco. Si se mantiene el surco está lista, si se vuelve a unir le falta cocción.

Vinagreta de tomate

7 cucharadas soperas de tomates triturados
2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen
1 cucharada sopera de vinagre de manzana
Sal y orégano

Preparación. Triturar todos los ingredientes hasta que resulte una crema líquida.

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