Algo muy extraño ocurrió el día inaugural con Johnny Cueto.

Fue el lanzador del día inaugural y se esperaba una salida buena.

Arrancó el partido y el hombre estaba bien en el montículo.

De repente, llega la lluvia y el juego se para luego de 6 entradas.

El partido se reanudó 35 minutos después, y aunque usted no lo crea, Cueto volvió a salir a lanzar con Cincinnati.

Tomando en cuenta que era su primer juego del año, creo que fue una imprudencia seguir en el montículo.

Conociendo a nuestros peloteros, es muy probable que el propio Cueto se mostrara dispuesto a seguir en el montículo.

Fue un riesgo alto para un lanzador que aspira a firmar un contrato de 200 millones de dólares, igualmente innecesario tomando en cuenta de que el primer día nadie está totalmente en forma.

Ahora bien, si estamos sobre la temporada, en forma, un juego crucial para el equipo, entonces se puede ir un poco más.

Es como ha ocurrido en Series Mundiales, que pitchers han tirado con 2 y hasta un día de descanso porque su presencia es necesaria.

Esa pobre administración del brazo es lo que provoca las tantas lesiones en los lanzadores.

Pienso que el coach de pitcheo y hasta el manager debieron ser más estrictos con Cueto, tomando en cuenta que apenas se jugaba el primer juego.

Ojalá y que eso no le traiga ninguna consecuencia, pero hay que ser prudente. En total ponchó a 10 bateadores en 7 entradas y sigue duro.

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