Una industria de crecimiento

<p>Una industria de crecimiento</p>

Hay dos medicamentos aprobados por la FDA para el crecimiento del cabello:
Minoxidil (marca, Rogaine, u OTC): Dilata los vasos sanguíneos e inicialmente se desarrolló como un medicamento oral para tratar la presión arterial alta. Esta loción promueve el crecimiento del pelo en cerca de 25%, en hombres y mujeres, aunque puede tomar varios meses para actuar.

El cabello nuevo es más delgado y ligero, como el de un bebé, y crece principalmente en el tope de la cabeza, no en los laterales. Sus efectos pueden desaparecer con el tiempo. La irritación de la piel es lo que se reporta más corrientemente como efecto colateral. Mareos y aumento del ritmo cardíaco también forman parte de los reportes, pero rara vez.

Finasrteride (marca, Propecia) es el mismo medicamento por prescripción oral empleado en dósis más altas (llamado Proscar) para tratar una próstata dilatada. Inhibe la conversión de testosterona en DHT. Propecia no es eficaz en los hombres que son completamente calvos, pero promueve el crecimiento del cabello y demora la pérdida de pelo en hombres que estén empezando a perderlo. En un estudio, 60% de los

casos tuvieron crecimiento de pelo nuevo y más de 80% redujo la pérdida después de un tratamiento entre 6 y 12 meses. Hay algunos contratiempos. Cuesta cerca de US$50.00 al mes y se necesitan no menos de seis meses para que funcione. Si deja de tomarlo, el pelo nuevo caerá. Puede bajar los niveles de PSA, complicando la detección del cáncer de próstata. Por eso, si usted está usando Propecia y se somete a una prueba PSA, dígaselo a su médico. No recomendamos Propecia porque se desconoce su seguridad a largo plazo. Esto es preocupante, porque los hombres jóvenes son los primeros candidatos, y el medicamento hay que tomarlo toda una vida. Si usted decide tomarlo, debe saber que si bien la dósis normal es un miligramo, hay algunas pruebas de que una quinta parte de esa cantidad también funciona. Si usted corta la pastilla en cuartos, ahorrará dinero.

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Atajar la obesidad desde la concepción

Como ya sabemos, la obesidad es uno de los males que incide con gran peso en los países industrializados, las armas que se utilizan para combatirla es la información y la prevención que proporcionarán los padres, los colegios, las instituciones, etc.

No todos los casos son iguales; existe la obesidad hereditaria, que hoy por hoy no se puede modificar, pero ya se han descubierto distintos marcadores asociados a los rasgos que se relacionan con la obesidad y seguro que en un futuro no muy lejano estos podrán ser manipulados para que el niño no sufra dicho problema.

La obesidad es una enfermedad fuertemente vinculada a los hábitos y al estilo de vida; sedentarismo y alimentación son dos grandes condicionantes. Sin embargo, la obesidad puede marcar a un niño antes incluso de nacer, unos padres obesos pueden transferir el problema a los futuros bebés, nacer con exceso de peso o, incluso, si la madre sufre adicción al tabaco, puede incidir en que el niño tenga posibilidades de sufrir obesidad.

Si queremos ganar la batalla contra la obesidad, debemos atacar el problema desde la misma raíz y, esta somos los padres.

Nosotros debemos mantener unos hábitos saludables y una dieta equilibrada que permita el adecuado desarrollo del futuro bebé. Si realizamos todo lo que se encuentra en nuestra mano para que el niño no sufra determinados problemas, nosotros lo agradeceremos y él nos lo agradecerá creciendo sano y feliz.

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