Una iniciativa cultural muy significativa

Una iniciativa cultural muy significativa

DIÓGENES CÉSPEDES
El anuncio hecho por el Administrador General del Banco de Reservas de la República Dominicana acerca de la publicación de los 54 títulos de la Colección Pensamiento Dominicano que fundó, junto a su Librería Dominicana, Don Julio Desiderio Postigo Arias, reviste una gran significación para nuestra cultura.

La iniciativa cultural hecha pública por el licenciado Daniel Toribio y reseñada por los medios de comunicación social el viernes 5 de este mes no es casual ni efímera, sino que se inscribe como una política a favor de la cultura dominicana iniciada con la importante Colección Banreservas hace más de un decenio cuando el Consejo de Directores del Banco la creó por resolución. La colección fue concebida durante el mandato del licenciado Eligio Bisonó con cinco series: Historia, Arte y Cultura, Ciencia, Literatura y Derecho. Fue continuada por los administradores subsiguientes: Dr. Roberto Saladín, licenciado Manuel Hazoury, licenciado Manuel Lara Hernández y licenciado Daniel Toribio. Cada una de las publicaciones de las diferentes series es un aporte a la bibliografía nacional.

José Delmonte Peguero, José Chez Checo y Eugenio Pérez Montás fueron, desde el inicio de la colección, sus grandes impulsores.

Una de las iniciativas más responsables fue la adoptada por el Dr. Saladín cuando decidió publicar la colección completa de la revista «Cuadernos Dominicanos de Cultura» publicada en la era de Trujillo entre 1943 y 1952. Esta importante publicación y su diseminación en las bibliotecas públicas del país y entre intelectuales consagrados al estudio e investigación del pensamiento social y literario de su país vino a completar un ciclo que se inició con la publicación de la colección completa de la revista «La Poesía Sorprendida», primero por la Universidad Católica Madre y Maestra en 1974 y luego por la Universidad Central del Este en 1988.

Sólo falta ahora, para completar este ciclo de grandes publicaciones periódicas, la publicación de la revista «Testimonio», de los poetas de la generación del 48, la «Eme Eme», de la Universidad Católica Madre y Maestra y «Cuadernos de Poética», un proyecto individual e independiente. Estas revistas duraron varios años y llegaron a publicar entre 25 y 100 números o más. Incluso si existen revistas de la categoría de las indicadas que no haya mencionado aquí y que cumplan con estas exigencias, deben ser publicadas por instituciones públicas o privadas y entregadas a las bibliotecas del país.

Sospecho que en esta lista de revistas «muertas» caben «Bahoruco», «Letras», «Blanco y Negro», «La Cuna de América».

Entonces, ahora nos sorprende esta noticia de la publicación de los 54 volúmenes de la Colección Pensamiento Dominicano en quince tomos y a un costo de 20 millones de pesos. Toda inversión que se haga en educación y cultura será siempre pequeña con respecto a la grandeza que le darán a su país los pocos genios y talentos, todavía desconocidos, a quienes llegará el beneficio de esas publicaciones. El gasto en educación, desarrollo de la investigación y apoyo a la cultura y el arte son los responsables de la existencia de sociedades que lideraron en el pasado o lideran en el presente el mundo. Si nos conformamos con ser mediocres, no iremos a ninguna parte y nadie nos aplaudirá, como dijo Gracián, y añado yo, nadie nos respetará. El influjo de las potencias económicas y tecnológicas es pasajero; el de la cultura es eterno y es siempre el referente obligado para los sujetos del presente y del porvenir.

Cierro este artículo con una anécdota personal a fin de que se vea lo importante que son los libros para los investigadores y por qué deben estar en todas las bibliotecas del país. Tenía en mi biblioteca la primera edición de «Cuentos escritos en el exilio», de Juan Bosch, publicada en 1962 por la Colección Pensamiento Dominicano. La presté en los años 80 y la perdí. Jamás pensé que algún día la necesitaría para hacer un estudio de los cuentos de esta Colección. He buscado el volumen en bibliotecas y no aparece por parte. Esa es la edición que debo consultar, no la del 68 y las sucesivas ediciones de Alfa y Omega.

En esto radica la pertinencia, la importancia y la utilidad de la publicación de los 54 volúmenes de la colección amorosamente dirigida por Don Julio Postigo y que publicará el Banco de Reservas.

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