Una insensata disputa

Una insensata disputa

En las elecciones del 2016, al interior del PRM hubo una sorda disputa sobre si ese partido presentaba o no a Manuel Jiménez como su candidato a alcalde por el municipio de Santo Domingo Este, finalmente se impuso la posición contraria y esa candidatura fue asumida por diversos sectores encabezados por el Frente Amplio. Esta vez, luego de ser proclamado candidato por esta última colectividad, además de una segunda, se inscribe en el PRM, el cual lo declara como su candidato a alcalde por ese partido para el referido municipio. El avispero no se ha hecho esperar, y sectores que lo llevaron como candidato en el 16 dicen que esta vez presentarán un candidato a alcalde distinto.
Sobre el tema, podrían discutirse elementos procedimentales, pero lo que es indiscutible es que resulta una insensatez que sectores de la oposición que se reclaman progresistas protagonicen una disputa que dividiría el voto opositor, debilitando una candidatura de excelente potencial.
El tema no es sólo una disputa y otra división/dispersión del voto progresista sin que existan diferencias programáticas, ni de cuestiones básicamente procedimentales a las que se les pueden encontrar soluciones, sino también una muestra de una inexcusable cortedad de miras y una pobre valoración sobre el significado, jerarquía política/espacial y poblacional del municipio en cuestión. Santo Domingo Este, junto al Distrito Nacional, es el municipio de mayor población del país; pero más que esa circunstancia, el mayor significado de ese municipio radica en su jerarquía en la división geográfica/territorial e incluso histórica del país. El aeropuerto más emblemático del país, al igual que el muelle, están prácticamente en su territorio, es el municipio más grande de todas las provincias y geográficamente comporte un área sumamente poblada con la capital dominicana, junto a la cual tiene casi el 34% de la población nacional.
Ganar o perder unas elecciones municipales allí podría ser determinante para ganar o perder unas elecciones nacionales que como las próximas, se celebrarán tres meses después de las municipales. Por tales razones, la reciente disputa alrededor de la candidatura a alcalde por tan importante municipio, y que alimenta un sector progresista de la oposición, constituye una inexcusable insensatez, una acción que podría frustrar la lucha para cerrarle el paso al continuismo de la corrupción y la impunidad que encarna el PLD. Es lamentable que en esta época del auge de los populismos de derecha y de la internacionalización de estos, los sectores progresistas y de izquierda, aquí y a nivel mundial, se dividen sostenidamente asistiendo a los torneos electorales con una sopa de siglas que insultan la historia de lucha por la democracia de esos sectores.
Los liderazgos se forjan en el camino de las dificultades, en la construcción de proyectos unitarios en coyunturas como la que vivimos. Conducirse con emotividad o prisioneros de los egos al momento de resolver cuestiones políticas, como es ganar una plaza clave en un torneo electoral decisorio para el presente y futuro del país, no es propio de líderes responsables y con sentido de totalidad, en una batalla política como es ganar la alcaldía de un municipio del significado que tiene Santo Domingo Este.

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