Una institución confiable que sostiene al país

Una institución confiable que sostiene al país

El Banco Central, fundado el 9 de octubre de 1947, está de aniversario de su fundación, esta vez el de los 68 años. Aquella vez, el mundo capitalista triunfante de la II Guerra Mundial reorganizaba su vida económica y política con nuevas directrices, criterios económicos y financieros bajo la cúpula del Fondo Monetario Internacional, regente desde entonces para el control de las economías de los países, en especial de los pobres.

La trayectoria del Banco Central, en sus 68 años de existencia, puede catalogarse de admirable, atravesando en su vida institucional etapas muy interesantes y desafiantes, que han sido determinantes para el sostén institucional de la nación. En los primeros cuatro años del siglo XXI se vio al borde del colapso por los grandes errores cometidos en su gerencia.

La etapa más brillante del Banco Central se inició con una reforma económica en los últimos ocho años de la década del siglo pasado. Su importancia se manifestó en la forma de cómo se establecieron los lineamientos y directrices de una ley monetaria y financiera moderna, y a la vez regir con autoridad y credibilidad, corrigiendo distorsiones, evitando desvíos monetarios, estabilizar la moneda e iniciar un período de estabilidad que se vio interrumpido en los primeros cuatro años del siglo XXI.

A partir del 2004, el país retomó el sendero del orden económico. De inmediato se sintió una mejoría con las directrices bancentralianas, impactando en las inversiones e iniciándose un crecimiento sostenido de la economía con un auge notable de las actividades productivas. El crecimiento se vio afectado por la crisis mundial del 2008, fruto de la especulación y mal manejo de las hipotecas norteamericanas que repercutió por todo el mundo y alterando todos los patrones de desarrollo. Todavía algunos países, otrora muy sólidos, se debaten en el borde de la bancarrota, como es el caso de Grecia y España en menor grado.

Las autoridades del Banco Central, de los pasados 11 años, han sabido conjugar acertadas medidas económicas de las cuales habla la inflación controlada, que no ha sobrepasado el 5%, se registra una elevada tasa de cambio superior al 45 por 1 en medio de los embates de los altos precios de las mercancías y servicios, pero con un descenso notable de los precios del petróleo, con un aumento en el crecimiento de las exportaciones en especial del oro de la Barrick Gold, y consolidadas por las divisas turísticas de más de cinco millones de visitantes, las remesas e impacto positivo por los atractivos de los negocios en el turismo.

Este es un aniversario, que en medio de la sobriedad establecida por las autoridades del Banco, es para recordar por estar en medio de la preocupación de la ciudadanía, pero que la madurez y confianza que generan los ejecutivos de la institución, por sus destacadas actuaciones, habla a las claras de la solidez que proyecta, y ha sostenido al país, lo cual ha conducido a reducir el elevado déficit fiscal que existía en los años pasados, pese a experimentar elevados índices de crecimiento y apreciable reducción de los índices de pobreza.

Ya son cosas del pasado las actuaciones de los primeros cuatro años del siglo XXI al frente de la economía impulsadas por el quehacer de los políticos, haciéndoles mella a la confianza y percepción de la ciudadanía, alarmada de cómo una institución del 2000 al 2004 se desacreditó que hasta hizo estallar la tasa de cambio a niveles inmanejables, pero la confianza reapareció desde agosto del 2004 para darle solidez al Banco Central.

La rectitud es la virtud para vivir apartados del trajinar y ambiciones de los políticos, que estos en su afán de medrar en torno a los recursos públicos exprimiéndolos cada vez que tienen la oportunidad, quisieron chocar de frente a esa solidez del Banco Central. Se ha evitado la repetición de las convulsiones de inestabilidad social y económicas de otros tiempos.

Bien merecen las autoridades del Banco Central, un reconocimiento, ya que apoyados por un equipo humano de gran preparación y dedicación, son los responsables de que cada día el país sobresalga por encima de la economía y desarrollo de otros países, pese a que todavía arrastramos preocupantes índices de pobreza y de mala distribución de los recursos, provocando esos guetos económicos que entorpecen el desarrollo social armónico y sostenido.

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