Una institución que sostiene al país

Una institución que sostiene al país

El Banco Central está inmerso en estos días en su tradicional celebración del aniversario de su fundación, esta vez el de los 64 años, cuando el mundo capitalista, triunfante de la II Guerra Mundial, cambiaba sus directrices y criterios económicos y financieros.

 La trayectoria del Banco Central, en sus 64 años de existencia, puede catalogarse de admirable, atravesando en su vida institucional etapas muy interesantes y desafiantes,  que fueron determinantes  para el sostén institucional de la nación.

 Pero su etapa más brillante, la inició el Banco Central en la última década del siglo pasado, cuando su importancia se manifestó en la forma de cómo se establecieron  los lineamientos, los rayados de cancha, como dice una destacada funcionaria de la institución, de las directrices de una ley monetaria y financiera moderna, y a la vez, regía con autoridad y credibilidad para corregir distorsiones, evitar desvíos monetarios, estabilizar la moneda e iniciar un período de estabilidad que se vio interrumpido en los primeros cuatro  años del siglo XXI.

A partir del 2004, el país retomó el sendero del orden económico. De inmediato  se sintió una mejoría con las directrices bancentralianas, impactando  en las inversiones e iniciándose  un crecimiento sostenido de la economía con un auge notable de las actividades productivas. El crecimiento se vio afectado  por la crisis mundial, fruto de la especulación  y mal manejo de las hipotecas norteamericanas que repercutió por todo el mundo y alterando todos los patrones de desarrollo. Todavía algunos países, otrora muy sólidos, se debaten en el borde de la bancarrota, como es el caso de Grecia y en menor escala España.

Las autoridades del Banco Central, de los pasados siete años, han sabido conjugar sabias medidas económicas de las cuales habla la inflación controlada, que no ha sobrepasado el 10% y ha contribuido a una estable tasa de cambio, permitiendo una revalorización del peso en medio de los embates de los altos precios de las mercancías y servicios importados con un descenso de las exportaciones, ahora consolidadas por las divisas turísticas, las de las remesas y las de zona franca.

Este es un aniversario para recordar, ya que la madurez y confianza que generan las autoridades de la institución,  debido a sus actuaciones del pasado reciente, habla bien a las claras de la solidez que brinda, lo cual ha permitido borrar los errores de otras actuaciones pasadas.

Esas olvidadas actuaciones pasadas vinieron estimuladas por el quehacer de los  políticos, que ahora no le hacen mella a la confianza existente que rodea la solidez del Banco Central. La rectitud es un lujo para vivir apartados del trajinar y ambiciones de los políticos, que en su afán de medrar en torno a los recursos públicos y que  exprimen cada vez más,  han querido chocar de frente a esa  solidez actual, que contribuye a  evitar la repetición de  aquellas típicas convulsiones de inestabilidad social y económicas de otros tiempos.

Bien merecen las autoridades  del Banco Central un reconocimiento,  ya que apoyados por un equipo humano de gran preparación  y dedicación,  son los responsables de que cada día el país  sobresalga  por encima de la economía y desarrollo de otros países, que han sido más afectados por los cataclismos  económicos que sacuden, desde el 2008, a la Tierra.

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