PAÍS. Una intensa nevada causaba el miércoles graves problemas en los transportes en la mitad norte de Francia, y tomó por sorpresa a las autoridades en parís. Cientos de personas pasaron la noche atrapadas en sus vehículos o en refugios improvisados a las afueras de París, ya que las autoridades francesas no lograron limpiar las carreteras a tiempo.
Varios vuelos que salían de los aeropuertos de París fueron cancelados o retrasados, mientras que la policía de la prefectura de París instó a los conductores a dejar sus coches en casa para no empeorar los atascos de tránsito. En los servicios de metro en la capital, los pasajeros afrontaban largos viajes en vagones abarrotados.
En Velizy, una pequeña localidad en los suburbios de París, unas 200 personas que no habían conseguido volver a casa pasaron la noche en un centro comercial y un polideportivo, mientras que otras 1.500 personas durmieron en 46 refugios abiertos en la capital francesa.
«Hicimos todo lo que pudimos para adelantarnos a esta situación», indicó Johanna Primevert, portavoz de la prefectura de París, en la radio RTL. «Entre 2.500 y 3.000 personas han sido movilizadas para facilitar el tránsito y prestar asistencia».
La operadora ferroviaria nacional, SNCF, se vio obligada a reducir la velocidad de sus trenes TGV de alta velocidad debido a la nieve, que alcanzó los 15 centímetros (6 pulgadas) en la región de París, y recomendó a los pasajeros que aplazaran sus viajes.
Veinticinco departamentos franceses seguían en alerta naranja el miércoles por la mañana por las peligrosas condiciones meteorológicas y el hielo en las carreteras, y en varias regiones se suspendió el servicio de autobuses escolares.
Esta semana se había lanzado en 22 departamentos el plan de contingencia «Grand Froid«, o «Gran Frío» para crear 1.000 plazas adicionales para alojar a personas sin hogar.