Una invitación al compromiso

Una invitación al compromiso

El diagnóstico hecho este jueves por la  Iglesia Católica,  en un mensaje suscrito  por todos sus obispos, constituye una invitación al compromiso de salvar nuestra sociedad de los males que le tienden un cerco cada vez más estrecho y amenazante. El poder corruptivo y criminal de las drogas lo invade todo, maleando la autoridad y la institucionalidad de la nación y es preciso un esfuerzo firme que logre frenar esta amenaza.

 Por medio de su mensaje titulado “Desde la proximidad a nuestra gente”, la Iglesia Católica también invita a un compromiso formal para cerrarle el camino a los incompetentes y  corruptos que aspiran a lograr cuotas de poder a través de las elecciones. También invocan la necesidad de un compromiso para evitar hacer una campaña electoral dispendiosa en medio de la crisis que acorrala a la humanidad.

Su mensaje convoca a un compromiso a enfrentar las causas de los accidentes de tránsito, que están entre las principales causas de muerte. Llaman  a practicar los estudios necesarios para lograr un tráfico más racional y con castigos más severos  para las transgresiones a las leyes que cometen irresponsables al volante. Los obispos no solo han hecho un diagnóstico realista de  males que nos acorralan, sino que todos debemos sentirnos convocados a asumir el compromiso de enfrentarlos.

A divulgar la Constitución

Un aspecto del mensaje de los obispos se refiere a la necesidad de que el contenido de la Constitución promulgada el 26 de enero pasado sea ampliamente difundido y estudiado, con la finalidad de que cada ciudadano adquiera clara conciencia de sus derechos y deberes. Este aspecto del mensaje apuntala un reclamo hecho por entidades cívicas del país, en el sentido de que el texto constitucional sea puesto en las manos de cada ciudadano.

El trabajo de años de reflexión y debate, que ha tenido como resultado el texto aprobado y promulgado, debe ser complementado con una amplia difusión a través de las instituciones públicas y entidades de la sociedad civil, de las escuelas y universidades. La idea es que el ciudadano se sienta empoderado de los aspectos que defienden sus derechos, pero que también asuma como bitácora los puntos que se refieren a sus deberes. En este sentido el mensaje de la Iglesia es un respaldo oportuno.

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