No acostumbro a escribir usando la primera persona, a personalizar el texto. Hoy romperé esa regla, porque es algo personal. Cuando escribo de mi país, realmente pienso en mi país. Lo grande de esto es que también es tu país. Tú sabes que cuando escribo mi meta no es hacer un ejercicio intelectual, no es alimentar mi ego o volverme famoso. Estoy bien claro de mi destino, estoy más que claro que un día me convertiré en polvo y solo tengo una línea de tiempo que se reduce cada ves que pasan milésimas de segundo.
Entendiendo que mi vida es como un trozo de hielo puesto en las asfaltadas y calientes calles de mi querido pueblo, que se derrite y se evapora; entendiendo esto, escribo esperando que suceda una real transformación en la República Dominicana. Escribo para generar una masa crítica. Escribo para que tú y yo podamos vivir una vida en abundancia. Escribo porque creo que el cambio es posible. Escribo porque no quiero disfrutar de los privilegios que ofrecen otros países, prefiero construir esas oportunidades en mi país, que también es tuyo.
Escribo para generar sugerencia, ideas, propuestas, soluciones y transformaciones. En otras palabras, escribo para reducir la híper anomia que anestesia y duerme el pensamiento crítico que sale de mi ser. Te invito a ti a buscar soluciones para reducir la anomia y construir una masa crítica. Ahí está mi invitación: Que tú, que yo, decidamos reducir la anomia y construir una masa crítica.
Si yo construyo una masa crítica y se reduce la anomia, menos gritos de ansiedad se escucharán. Tú tendrás menos frustraciones. Yo sentiré menos inseguridad. La anomia existe cuando hay un desorden y las reglas no se cumplen. El Francés y sociólogo Émile Dunrkheim y otros sociólogos usaron este término para definir el comportamiento que yo dramatizo de forma escrita: “Yo siento el caos. Las reglas y leyes se esfuman. Los temores aumentan. Ponemos más cámaras, más guardianes, más candados, más perros y aun me siento inseguro. El robo se incrementa. El apostolado de la administración pública (política) pierde veracidad y no sé a dónde ir para que me hagan justicia. Desconfío de todos los sistemas. Puedo casi palpar y oler la anomia que me abraza para generar heridas.”
No te olvide, te hice una invitación. Una invitación para reducir el desorden que te afecta a ti. Te invito para crear una masa crítica. Me han dicho que esto no lo cambia nadie. Es mentira mi amigo. Así es, es mentira. Una masa crítica (un grupo de personas que poseen ideas claras y fuertes; que contagian a los demás con sus verdades), en física la masa crítica es una pequeña porción de material requerido para generar una reacción nuclear en secuencia o en cadena. Te das cuenta, lo que necesitamos es una pequeña cantidad de dominicanos con ideas fuertes y claras que generen una ola de transformación. Dominicanos aferrados a construir un Estado más vivible, con más oportunidades y menos privilegios basados en el compadreo.
Dije que mi escrito es personal. Es personal porque decidí como persona y como dominicano quejarme menos y hacer más. Decidí crear una masa crítica (está en camino), no dije un partido o movimiento político. Los partidos son las herramientas para canalizar las necesidades del pueblo. Una herramienta rota y oxidada no funciona. Es personal porque tengo cientos de amigos que siguen a Jesús, pero solo levantan las manos, gritan los domingos que Jesús es rey y nada más. También es personal porque tengo amigos que son de la izquierda, solo promueven una ideología y usan símbolos de mártires para sostener y alimentar sus creencias. Otros amigos de la derecha que promueven la moralidad pero su único dios es el dinero y el poder.
Te diste cuenta, no es tan personal. No crea que estoy herido, realmente estoy comprometido con la transformación integral de mi país. Mi país no será cambiado con teorías de programas radiales. Con conceptos rebuscados. No seremos cambiados con partidos que solo operan como empresas privadas. Con quejas sin acciones. No cambiará con iglesias sin contexto y distanciadas de la realidad. No cambiará con empresarios que solo amontonan riquezas y viven dentro de una burbuja social. Mi país cambiará cuando todos estos grupos mencionados entiendan que República Dominicana es mi casa, tu casa, y debemos repararla. Te invito a comenzar espacios para generar una masa crítica. ¿Entiendes la invitación? Te invito porque tu línea de tiempo y la mía, en cada milésimas de segundo que pasa es más corta y más frágil.