Una isla infectada por el narcotráfico y la corrupción

Una isla infectada por el narcotráfico y la corrupción

El hecho de que aparezcan traficantes de droga haciendo negocios desde villas lujosas en algunos resort del país no quiere decir que sea ahí donde se concentren las grandes operaciones de estupefacientes.

Tampoco el gran volumen de dinero que se lava procedente de la droga y de la corrupción pública. 

Titulares de prensa dieron su versión sobre el reciente apresamiento de varios traficantes de diferentes nacionalidades que ocupaban dos lujosas Villas en Casa de Campo, desde donde hacían sus operaciones. Lo mismo ha ocurrido en Bávaro y Punta Cana y con varios cargamentos confiscados en aeropuertos y puertos del Este. 

Pero no es cierto, como dicen algunos personajes, que en la región oriental del país existe una especie de zona franca para los traficantes y lanzan venenosas insinuaciones que podrían afectar el negocio turístico mas prospero del país y a los propios empresarios. La única verdad es que la isla entera está infectada por este flagelo.  En ningún país del mundo se trafica el volumen de droga que pasa por República Dominicana si no hay gente con mucho poder político y militar que lo respalda.

Lo que no se puede discutir es que la mayor concentración de ese tráfico de droga y del lavado de dinero está en el Distrito Nacional y en la frontera. Son incontables los apartamentos de lujo que estos traficantes poseen en las mejores zonas residenciales de la capital. También disponen de decenas de negocios que le sirven de pantalla para lavar activos, desde restaurantes hasta venta de vehículos.  

Es la misma estrategia usada por muchos funcionarios corruptos de este gobierno, que con sus inmensas riquezas mal habidas ahora construyen lujosos edificios de apartamentos, grandes centros comerciales, empresas constructoras  y hasta hacen obras de caridad para transparentar lo que se han robado. Usan testaferros y empresas fantasmas para que sus inversiones no se rastreen y jamás operan con bancos cuando tienen que manejar grandes sumas de dinero. En este gobierno, por cada peso invertido del presupuesto, se roba la tercera.    En cuanto al movimiento de la droga, la frontera se lleva la corona y desde ahí se desplaza al resto del país. Tampoco se quedan atrás otras ciudades del Cibao donde se mueve mucha droga y mucho dinero del narcotráfico.

En algunas se pueden ver grandes mansiones y carros de lujo que no se ven en la capital y cuyos propietarios surgen de la nada. Además, en estas ciudades del interior tienen mayor protección de los organismos de seguridad a los que mantienen en su nómina como si fueran sus empleados. Aquí no existen lugares preferidos para el narcotráfico. Si atacan por el Este se desplazan al Sur. Si los descubren en el Sur se mueven hacia el Norte. Y obviamente, en el llamado Gran Santo Domingo, que es donde se mueve el dinero. No olvidemos el gran cargamento de Paya jamás encontrado. O las maletas de dólares incautadas a Figueroa Agosto en un lujoso apartamento de la Tiradentes, donde desapareció parte del dinero.

Recientemente nuestro embajador en Washington afirmó que células del cartel de Sinaloa operaban en el norte del país.

Ahora nos preguntamos ¿Cuánta droga entra y sale del país y por donde?  ¿Cuánta se consume localmente? ¿Cuánto ingreso le deja al país el lavado de dinero de la droga? y ¿Cómo esto influye en la balanza de pagos?

Si usted responde esas preguntas entenderá el reto al que nos enfrentamos, porque hay gente que piensa que sin ese lavado, el país quiebra. De ser así, nos encaminamos a un narco estado.

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