Cuando a una persona le hablan de la temible enfermedad del cáncer, la cual no repara en edad ni partes del cuerpo, sino que se aloja en los lugares menos pensados, inmediatamente surgen pensamientos sobre la posibilidad de padecer esta patología que, obviamente, no tiene cara.
Pero podría decirse que esta palabra tiene mayor impacto, y uno que incluso podría calificarse como destructivo, cuando se trata de un diagnóstico personal o familiar, no solo por la enfermedad en sí, sino porque el “anuncio” es percibido como una sentencia de muerte.
Y es así de impactante para el enfermo y toda la familia, no solo porque se trate de una enfermedad incurable, catastrófica, sino por las deficiencias del sistema de salud para responder en esos casos.
Es, se podría afirmar, como “enfermar dos veces” a la persona diagnosticada, pues la impotencia que se siente al no contar con todo lo que requiere el seguimiento y tratamiento en estos casos tumba emocionalmente a cualquiera.
No importa si la persona diagnosticada con cáncer tiene seguro médico o no, ya que de la misma manera sufre a causa de que para este tipo de enfermedad hay muchas limitaciones, pues al tratarse de un tratamiento tan largo, generalmente se agotan las coberturas y el paciente se queda en el aire.
A quienes se ven en esa situación, con una enfermedad y sin saber cómo tratarla, se les suma un problema mayor: la impotencia, lo que agrava mucho más la enfermedad. Pero como siempre aparece una luz al final del camino, es ahí donde entra la Fundación Rodi, una entidad sin fines de lucro que trabaja con personas diagnosticadas con cáncer.
Para dar a conocer la loable labor que desarrollan, la doctora Luz Fermín Brito, presidenta de la Fundación, y Ana Marum, coordinadora visitaron la redacción de ¡Vivir! Con ellas conversamos respecto de lo que hacen a favor de las personas con cáncer.
Según explicaron, la función de Rodi es brindar soporte a esas personas que han sido diagnosticadas con cáncer, que a lo mejor tienen un seguro de médico, pero por la cantidad de veces que tienen que ir a consultas y los tratamientos requeridos, algunos de los cuales no son cubiertos, se quedan sin cobertura, y lo peor, con la tristeza de la enfermedad.
Tanto la doctora Luz como Ana hablaron de lo agradecidas que se sienten con muchas personas que apoyan las actividades que desarrolla Rodi.
“Gracias a Dios, nosotras contamos con una comunidad de médicos dominicanos residentes en Nueva York que nos ayuda, como es el caso de Carmen Lazala, María Pedemonte, Yubo Fernández, con su empresa, así como el Centro de Quimioterapia Rodi, en donde tenemos nuestro local, el Instituto Heriberto Pieter y diversas instituciones, así como muchos artistas, como es el caso de una de nuestras madrinas, Diomary La Mala, el locutor José Pedro Yánez, entre otros”.
Precisaron que el soporte que brindan a los pacientes con cáncer que se acercan a Rodi es tanto psicológico (para lo que cuentan con un equipo de profesionales), así como en tratamientos, quimioterapias y otras formas de colaboración según el caso.
Fundación Rodi. Próximamente tendrán un concierto con Diomary La Mala junto a otros artistas para recaudar fondos.
Informaron que para diciembre vendrá a la país el concertista de piano dominicano radicado en los Estados Unidos Milton Peña Fernández, quien es también uno de sus colaboradores.