Decir Joan Manuel Serrat es decir “Lucía”, “Penélope”, “Vaganbundear”, “Fiesta” y, cómo no, “Mediterráneo”, un himno con el que el ‘noi del Pobl-sec’ quiso homenajear al mar que le vio nacer un 27 de diciembre de hace 80 años, en Barcelona. El emblemático cantautor español, convertido en símbolo de varias generaciones, ha grabado más de 500 canciones, 40 discos y ha puesto música a los versos de los poetas más laureados como Antonio Machado, Miguel Hernández, Alberti, Lorca o León Felipe.
Compositor, poeta, trovador… se bajó de los escenarios para siempre en 2022 con su gira de despedida “El vicio de cantar 1965-2022”, que empezó en Nueva York y finalizó en casa, en el Palau Sant Jordi de Barcelona, después de recorrer toda España y América.
Y así, tras más de medio siglo de carrera, ‘se acabó la fiesta’ para la voz de “Tu nombre me sabe a yerba”, “Aquellas pequeñas cosas”, “La mujer que yo quiero” o “La saeta”, un adiós acompañado de múltiples galardones como la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, el Grammy Latino honorífico y el Premio Ondas por la trayectoria artística.
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Defensor de la libertad
Siempre comprometido con los derechos humanos, a finales de 1970 se unió al encierro que 300 intelectuales y artistas en el Monasterio de Montserrat de Barcelona contra el «proceso de Burgos» y la pena de muerte.
Cuando publicó “Mediterráneo”, en 1971, Serrat, con apenas 28 años, ya se había convertido en símbolo de la libertad en España e Iberoamérica, un derecho que hay que defender, diría muchos años después, “con uñas y dientes” cada día y “estar atentos y dispuestos a pelear y no bajar la guardia si no queremos retroceder y que nos devuelvan de nuevo a la casilla de salida”.
Un latinoamericano de Barcelona
Mientras se encontraba en México en 1975 y ante los últimos fusilamientos franquistas, mostró su “absoluto repudio a la pena de muerte y a la violencia oficial establecida”, por lo que en España se le abrió un proceso por injurias al jefe del Estado que le obligó a exiliarse en el país azteca. El cantautor español, que se reconoce como un latinoamericano de Barcelona, regresó a España en 1976, una vez muerto Franco, con “Para la libertad” en su repertorio, un grito popular en los últimos años de la dictadura.
Ya en democracia, publicó “El tránsito” y “Cada loco con su tema” e hizo una gira por Latinoamérica, excepto Chile, Uruguay y Argentina, países a los que no regresará hasta años después con la recuperación de sus libertades.
Su identificación con Latinoamérica quedó reflejada en el disco “El Sur también existe”, con versos del poeta uruguayo Mario Benedetti, un homenaje de gratitud a gentes y países que le marcaron.
Sus amigos de siempre
De su carrera, destaca a gira “El gusto es nuestro”, con Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos como compañeros de viaje.
En 2007, Joan Manuel Serrat abordó a dúo con su amigo Joaquín Sabina la gira “Dos pájaros de un tiro”, un éxito que s llevó a ambos artistas españoles a repetir la experiencia en 2012 con “Dos pájaros contraatacan”.