La Ley 28-01, que crea la Zona Especial de Desarrollo Fronterizo, ha debido ser revisada por diversas razones. La primera es que las regulaciones sobre competencia comercial han sufrido transformaciones desde la fecha en que quedó establecido ese régimen especial, que da a unas empresas el privilegio de competir con ventaja sobre otras en el mercado interno. Habría que ver si este tratamiento privilegiado entra en conflicto con el espíritu de la Ley General de Defensa de la Competencia, la 42-08. Además, sabemos que por ley la transferencia de los bienes y servicios producidos por las empresas amparadas en la 28-01 está sujeta al pago de las obligaciones fiscales que establece el título III del Código Tributario.
Para la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), la Asociación Dominicana de Industrias Textiles (ADITEX) y la Organización Nacional de Empresas Comerciales (ONEC), la Ley 28-01 ha creado un paraíso fiscal que privilegia a un grupo reducido de empresas. Sus dirigentes así lo expusieron ayer en el almuerzo del Grupo de Comunicación Corripio. El esquema actual de la competencia comercial cuestiona, en cierta medida, el régimen de zonas francas y las condiciones creadas por la Ley 28-01 exceden con mucho las ventajas de las zonas francas. El Estado está llamado a promover la equidad. No le sienta bien fomentar ningún tipo de competencia desleal.
Motivos de pena e indignación
El abandono y el descuido del complejo deportivo Pedro Julio Nolasco, de La Romana, ha sido causa de la muerte por ahogamiento de cuatro niños en siete años. El caso más reciente es el de Santiago Carrión Jiménez, de 9 años, y Willy Álvarez Simó, de 7, quienes se ahogaron el martes en la piscina del complejo en desuso y sin vigilancia.
El abandono de costosas instalaciones deportivas es una práctica común en nuestro país. Es un reflejo de la indolencia conque se manejan las obras del Estado. En el caso que nos ocupa, la situación se agrava porque las instalaciones del complejo Pedro Julio Nolasco carecían de vigilancia, a pesar de contar con una piscina olímpica llena de agua lluvia y desperdicios. ¿A quién responsabilizar por estas lamentables muertes? ¿A quién culpar por el abandono de instalaciones tan costosas y necesarias para fomentar el deporte entre nuestros jóvenes?