Una ley más justa para los enfermos de Sida

Una ley más justa para los enfermos de Sida

POR MARGARITA QUIROZ
Alrededor de 3.000 personas portadoras del virus VIH/Sida en el país no reciben actualmente la terapia con antirretroviales que de forma gratuita les corresponde, por el desconocimiento de sus derechos, establecidos en la Ley 55-93 sobre sida.

Es decir, que la falta de información en torno a esta legislación podría estar contribuyendo al rápido deterioro de la salud de este grupo de personas o quizás de uno mayor, ya que la función de los antirretrovirales es ofrecer una prolongada y mejor calidad de vida a los pacientes con sida.

En tal sentido, luego de que se reformule la Ley 55-93, para lo cual se está trabajando desde hace dos años, las entidades que trabajan en la lucha contra el sida deben unir sus esfuerzos para desarrollar una campaña que dé a conocer los alcances de esta legislación y los derechos y deberes que tienen los pacientes portadores de este virus.

 Así lo informó el director ejecutivo del Consejo Presidencial del Sida (COPRESIDA), Alberto Fiallo Billini, quien explicó que en los actuales momentos se le suministra antirretrovirales a 2.700 personas portadoras del VIH/Sida, a través de los diferentes centros de salud, que conforman la Red de Instituciones pertenecientes al Programa Nacional de Atención Integral que ofrecen antirretrovirales.

Como bien cuenta Erika Suero de Gagain, consultora jurídica de COPRESIDA, la Ley 55-93 se está modificando completamente, no obstante se ha hecho énfasis en el incremento de la multa a las empresas que violan la ley al realizar pruebas de sida para el ingreso o permanencia de un empleado sin su previo consentimiento. La multa actual es de 30 mil a 100 mil pesos y un año de salario, en tanto su aumento no se dio a conocer porque la pieza aún está siendo discutida por las partes interesadas, para posteriomente ser sometida al Congreso de la República. Ésto porque, aunque hace 12 años que esta ley fue promulgada, gran parte de los empleadores continúan violándola y, porque el valor de la multa “en estos momentos es irrisoria”. 

Otro punto focal que plantea el borrador del anteproyecto de ley, es hacer cumplir el derecho que tienen los pacientes con sida de recibir atención integral, la cual incluye pruebas diagnósticas, consejerías, terapia con antirretrovirales y el tratamiento a enfermedades oportunistas.

Además, el anteproyecto incluye el tema del Programa Nacional de la Reducción de la Transmisión Vertical, de madre a hijo, que la ley vigente no contempla, y el suministro de los antirretrovirales y los cuidados necesarios a las mujeres embarazadas con VIH cuando llegan a los hospitales.

El anteproyecto incluye, también, los derechos y deberes de las personas con VIH ante el entendido de que éstas son personas normales y lo único que los diferencia de los demás es su condición de salud.

Cuando a una persona se le realiza una prueba de infección por VIH, necesariamente el laboratorio que hace la prueba tiene que cumplir con una serie de requisitos, entre los que destacan el consentimiento informado, recibir la solicitud para la realización de la prueba por parte del paciente, de forma escrita, consejería y post consejería.

Durante la realización de la prueba y en el momento de la entrega de los resultados, el laboratorio debe tener confidencialidad. Además, la ley establece que ese resultado debe ser entregado exclusivamente al médico que indicó la prueba, no al paciente.

Realidad de la situación del sida en el país

En la República Dominicana existen unas 48.000 personas con VIH/Sida, según datos que reporta la Encuesta Demográfica y de Salud (ENDESA 2002).

La tasa de prevalencia estaría ubicada entre 0.9% y 3.0% de la población de 15 a 49 años y la tasa media de 1.7%. La tendencia de la enfermedad en los últimos 10 años parece indicar que alcanzó su punto máximo y se mantiene constante. 

DE INTERÉS

Pedirán a diócesis del Caribe que no prohíba el uso del condón

GEORGETOWN  (EFE).- El subsecretario general de la Comunidad del Caribe (Caricom), Edward Greene, informó de que la Sociedad Pancaribeña contra el VIH/SIDA presionará a las diócesis católicas del Caribe para levantar la prohibición al uso del condón.

Greene indicó que la Iglesia Católica ha dado señales de que puede eliminar ese veto para ayudar a reducir la incidencia de contagios con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), que causa el sida.

Una de esas señales fue, según el funcionario, la falta de consenso en torno a si avalar o no el uso de ese método anticonceptivo, lo que demuestra que muchos religiosos están a favor de levantar la prohibición.

«Desde el 2000, quedó claro que muchos compañeros, con posiciones difíciles, están aceptando la necesidad de ser flexibles en sus acercamientos a la situación», argumentó Greene durante la conferencia de apertura de una reunión de la Sociedad Pancaribeña contra el VIH/sida, en Guyana.

La Iglesia Católica se opone al uso del condón porque es un anticonceptivo.

No obstante, Greene sostuvo que varias iglesias católicas de Suramérica han avalado el uso de ese método contraceptivo para luchar contra la propagación del VIH.

Los gobiernos de la región del Caribe han denunciado que los estigmas y la discriminación contra los pacientes contagiados con el VIH o enfermos de sida y contra prostitutas y homosexuales han provocado que las personas que pueden estar contagiadas con el virus no se realicen pruebas para detectarlo y tampoco reciban tratamiento y orientación.

Alrededor de 500.000 personas están contagiadas con el VIH en los países del Caribe.

Sida, un virus con cara de mujer en el país

Según estadísticas recientes, todo indica que la epidemia del sida en el país ahora “tiene cara de mujer”. Se estima que existen 25 mil mujeres, entre 15 a 49 años, infectadas del virus, es decir, la mitad de la población en general infectada.

Las razones, de acuerdo a las autoridades de COPRESIDA, es porque la mujer es más vulnerable al VIH, desde la óptica fisiológica, social y económica.

 Fisiológicamente, porque el tejido blando del aparato reproductor femenino se desgarra fácilmente, produciendo una vía de transmisión para el virus.

El tejido vaginal absorbe más fácilmente los líquidos, incluyendo el esperma, cuya concentración del virus del VIH es más alta.

Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de tener otras infecciones de transmisión sexual, un factor de riesgo para el VIH.  

 Socialmente, porque es frecuente que las mujeres no puedan controlar a la pareja con la cual tienen relaciones sexuales, ni las circunstancias en que se realizan.

Es menos probable que las mujeres tengan el poder de negociar el uso de la protección, o la existencia de otras parejas sexuales.

Las mujeres tienen menos acceso a información y servicios de salud sexual.

 Económicamente, porque en situación de desesperación financiera, las mujeres pueden intercambiar coito por dinero, alimentos u otros favores.

La dependencia económica de las mujeres da más importancia a las decisiones de los hombres sobre cuestiones de relaciones sexuales, el uso de protección, el gasto doméstico en salud y el acceso a la atención en salud, entre otras.

Las mujeres empleadas en la economía informal o las que trabajan en sus casas, tienen menos probabilidad de tener acceso a servicios o seguridad de salud para cubrir los costos de detección, orientación y medicamentos de prescripción.

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