Una leyenda  llamada de béisbol
Ozzie “El Mago de Oz” Smith

Una leyenda  llamada de béisbol<BR>Ozzie “El Mago de Oz” Smith

MARINO MARTINEZ PERAZA
El Nuevo Herald

Le llamaron el »Mago de Oz» y combinó su guante maravilloso con jugadas acrobáticas. Fue el segundo de seis niños de la pareja entre Clovis y Marvella Smith. A los seis años se trasladó con su familia a Los Angeles.

Después de ser firmado por los Padres de San Diego en 1977, Smith debutó en Grandes Ligas al siguiente año actuando en 159 partidos y terminando segundo en la votación para el premio de Novato del Año, distinción que ganó Bob Horner.

Estuvo con los Padres hasta 1981 y fue cambiado a los Cardenales de San Luis en la temporada de 1982.

Con los llamados »Pájaros Rojos» escribió páginas de gloria con su fildeo elegante, su inteligencia y su rapidez en las bases.

Los Cardenales, dirigidos por Whitey Herzog, no era un equipo con bateadores poderosos. Anotaban sus carreras a través de jugadas de bateo y corrido, velocidad en las bases y sacrificios de toque. Al estilo del buen béisbol estratégico.

Según palabras del propio Herzog, el guante de Smith salvó 75 juegos para su novena en la temporada de 1982 y ayudó a los Cardenales a ganar la Serie Mundial de ese año en siete partidos ante los Cerveceros de Milwaukee.

En 1985, San Luis regresó al Clásico de Octubre después de vencer en cinco juegos en los playoffs de la Liga Nacional a los Dodgers de Los Angeles dirigidos por Tom Lasorda.

Smith se convirtió en el héroe de la victoria ante la tropa azul al pegar un jonrón por el bosque derecho en el quinto y decisivo encuentro que terminó 3-2 en el Busch Stadium, siendo uno de los grandes momentos en la historia del equipo de los Cardenales de San Luis. Smith ganó el premio de Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.

En la Serie Mundial se midieron a los Reales de Kansas City y perdieron en siete desafíos.

En el renglón ofensivo, Smith no fue un bateador de fuerza, pero sí de tacto. Excelente tocador de bola, robador de bases y muy bueno en la jugada de bateo y corrido.

Su mejor campaña con la majagua fue en 1987 cuando terminó con promedio de .303, estafó 43 bases, remolcó 75 carreras y anotó 104, con un average de .392 con hombres en circulación.

La temporada de 1987 marcó la tercera participación en la década de los años ochenta de los Cardenales en la Serie Mundial, perdiendo en siete juegos con los Mellizos de Minnesota. Smith finalizó segundo en la votación del Más Valioso, galardón que obtuvo Andre Dawson.

El brillante torpedero ganó 13 premios Guantes de Oro por su excelencia defensiva, sólo superado por el antesalista de los Orioles de Baltimore Brooks Robinson. Participó en 15 Juegos de Estrellas, terminó su carrera con average de .262, anotó 1,257 carreras, pegó 2,460 imparables y robó 580 bases. Sólo se ponchó 589 veces en 9,396 turnos al bate, para un promedio de un ponche por cada 16 apariciones oficiales al plato.

A la defensa, participó en 2,511 juegos en su posición, cometió 286 errores para un promedio de .978, con 8,375 asistencias (1), 12,624 lances (1) y completando 1,590 jugadas de doble matanza.

Anunció su retiro el 19 de julio de 1996 y lo hizo de manera oficial en un homenaje que le tributaron en el estadio de los Rojos de Cincinnati el 28 de septiembre del mismo año, conocido como el día de Ozzie Smith».  El 8 de enero del 2002, recibió una llamada de Jack O’Connell, secretario de la BBWAA informándole que había sido elegido al Salón de la Fama con 433 votos en 472 boletas para un 91.74%. 

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Gran atleta
Tremenda defensa

1.  Ozzie Smith revolucionó la era de los torpederos desde comienzos de la década de los 80, presentando una impecable defensa que le ganó todo tipo de reconocimientos a lo largo de unos 20 años de carrera y finalmente terminó llevándole al Salón de la Fama de Cooperstown.

Mejor que nadie

La capacidad de Smith con el guante lo llevó a ser catalogado como el mejor campocorto defensivo en haber pisado un terreno de las Grandes Ligas. La facilidad con la que lograba las jugadas más inverosímiles lo puso en un escalón por encima de todos los demás torpederos de las mayores. Por esa habilidad defensiva es hoy un inmortal.

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