Una loable iniciativa

Una loable iniciativa

El dominicano ha dado fehacientes demostraciones en el pasado de practicar la solidaridad con el pueblo llano, con la población desamparada, cuando las circunstancias lo han requerido.

No sólo en las ocasiones en que  se le invita por vía de un teletón, tele maratón o campaña de recolección cara a cara.

Nos acongojamos ante el dolor ajeno, nos conturba el ánimo el abandono de un conciudadano y hemos sido capaces, muchas veces, de despojarnos de un bien para hacer feliz a otra persona.

La solidaridad, presumo, se forja en nosotros como consecuencia de las vicisitudes o amarguras que en tiempos ya superados pudieron impactarnos.

En estos días, me entero de una campaña encaminada a proveer de zapatos a niños pobres de la Capital. Me parece una loable iniciativa.

Aunque entiendo que tendría mayor resultado, y sería más útil, si sus impulsores la complementaran con un amplio programa de enseñanza para esos niños, educación que habrá de convertirlos en mejores y más conscientes dominicanos.

Y obtendrá más repercusión si  la llevaran a feliz realización con planes sostenidos de alimentación y ropa para ellos.

Quienes tenemos la oportunidad de recorrer barrios y ciudades, campos y aldeas, sabemos de la enorme pobreza que aún campea por sus fueros en esta República Dominicana.

Una fundita o una cajita anual no les cierra la brecha amplia que separa a esos hermanos y hermanas de la opulencia que exhiben hoy algunos que encontraron en la política una exquisita vida que no heredaron de sus progenitores.

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