Una mala decisión

Una mala decisión

Con la recesión que ya nadie niega, excepto el gobierno, lo que se observa es que se amplía el hueco entre lo que la economía está produciendo y lo que puede producir, dejando en el camino un creciente desempleo que se hace acompañar de una caída en los precios. El panorama contrasta con el anuncio de las autoridades en los últimos años, habían dicho que con motivo del elevado crecimiento de la economía, que superaba el aumento del producto potencial, el hueco se reducía de manera permanente. Ahora es lo contrario.

Lo malo es que la recesión va para largo, porque en lo interno no se adoptan las políticas de estimulo que se necesitan para empujar la demanda, y en lo externo, la crisis no da señales de finalizar. Es decir, seguirá en aumento la capacidad instalada sin uso en el comercio, industria, agricultura, en el sector servicios, o dicho de otra manera, seguirá ampliándose el hueco de producción y en crecimiento el desempleo.

Para estimular la economía, el Banco Central carece de espacio, no puede seguir bajando la tasa de interés. El gobierno, por su parte, carece de ahorro y de fuentes de financiamientos para hacerlo porque acumula un déficit inmanejable, una brecha fiscal negativa de RD$56 mil millones en el 2008 y con una proyección de RD$50 mil millones para el 2009, sin considerar el déficit del sector público, los compromisos con contratistas de obras, como tampoco el déficit cuasi fiscal del Banco Central, que se estima en RD$25 mil millones. Es decir, tenemos un gobierno con mala calificación en el mercado de capitales, y a pesar de ello se niega a firmar un acuerdo Stand by con el FMI, que ayude a retornar la confianza en los mercados internos.

La emisión de US$1,000 millones en bonos soberanos es la esperanza del gobierno para impulsar la demanda, terminar la recesión y reducir el hueco entre producto potencial y producción real. Si llegara a colocarlos la tasa de interés sería superior a 13% y del presupuesto nacional anualmente saldrían US$130 millones por servicio de deuda, US$50 millones anuales por encima de lo que se pagaría si previamente se firma con el FMI y se reduce el riesgo país. En exceso y en diez años el sobre pago sería de US$500 millones, el costo para el país de una mala decisión del Presidente Fernández y el PLD, que en lugar de pensar en la economía, sueñan con las elecciones del 2010. Una barbaridad.

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