Una manifestación de la inteligencia emocional

Una manifestación de la inteligencia emocional

Debemos entender que cuando hablamos de talento, nos referimos al conjunto de habilidades y dones que se desarrollan a temprana edad. Es una manifestación de la inteligencia emocional y, por lo cual, una aptitud o conjunto de aptitudes que hacen a quien los posee sobresalir de los demás. Y este talento, mayormente suele ser adquirido mediante el aprendizaje.
Por lo cual, se debe reconocer que todo niño posee talentos únicos e intransferibles al igual que sus huellas dactilares, es tarea de los padres propiciar el ambiente y motivarles a desarrollar sus capacidades naturales. Porque si bien es cierto que el talento es algo natural, también es muy cierto, que incentivar adecuadamente, recreando el ambiente permitirá impulsar el desarrollo de sus talentos.
Los niños son exploradores por naturaleza, así que la primera recomendación es permitirles explorar, dejar que descubran en su entorno cosas y actividades que les interese.
Cuando un niño alcanza la edad preescolar, dejando atrás la etapa de bebé, es el momento idóneo para potenciar sus destrezas, habilidades y talentos. Para descubrir qué es lo que más le apasiona y en qué disciplina se destaca, lo primero que hay que hacer es observarlo.
Evalúe con qué se siente a gusto el niño y qué disfruta más, si disfruta del arte, compre pinturas de distintos colores y papeles para que experimente con libertad y esté en contacto con el arte. Llévelo a actividades artísticas y culturales, así podrá ver cómo reacciona ante ese estímulo. Nosotros debemos saber descubrir o destapar el talento de nuestros hijos. Pero la realidad es que no hay fórmulas mágicas ni tests de futuros artistas, la clave está en estimularlos jugando con ellos.
La cuestión es que el niño esté motivado para aprender, y el juego lo consigue. Ya tendrán tiempo de formarse académicamente en los conceptos que más les interesen (de hecho en esos momentos la motivación ya estará en la base), pero cuando son pequeños es tiempo de jugar.
Es preciso crear ambientes de exploración seguros para sus hijos, así el niño podrá explorar con objetos y cosas que él pueda manipular. Recuerde que una actividad que le permita disfrutar concentrado puede convertirse en un talento. Porque el juego contribuye al aprendizaje divertido y significativo, y por eso será el niño el que poco a poco vaya determinando qué tipo de juego le interesa más, si se inclina por libros (y por distintos tipos de libros), por muñecas, por cocinas, por coches, por juegos de mesa, por el dibujo, por deportes…

Es normal que al principio no sepamos qué tipo de artista será nuestro hijo. Pero no debemos ignorar ninguna señal. Y para descubrir el talento de los pequeños, solo hay que intentar que el entorno de nuestros hijos sea estimulante, que estemos abiertos a sus intereses, que les ofrezcamos aprender continuamente. Porque es que, una vez se ha identificado ese talento, debemos incentivar esos espacios, permitir su espontaneidad, que no sienta su presión de seguirle incentivando sino que sea un acto espontáneo.

No debemos olvidar, que como bien insisten los distintos especialistas, es importante procurar que los niños desarrollen el área creativa, pero también hay que fomentar sus habilidades motrices, no se puede dejar de lado ninguno de los dos ámbitos. Si se fomenta la práctica de ejercicio en los niños, cuando sean mayores lo adoptarán como un hábito.

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