Una mejor Navidad

Una mejor Navidad

Diferentes estudios realizados por sicólogos reconocidos arrojan estadísticas alarmantes, acerca de la conducta que presentan muchas personas, en este mes de diciembre.

Desánimo, profundas tristezas, nostalgia, depresiones, son algunas de las emociones que empiezan a gobernar la mente y el corazón de muchos.

Pensar en lo que anhelo y no he podido tener, en los casi inexistentes medios para cubrir necesidades y saciar deseos guardados, activan el sentimiento de impotencia y desesperación.

Meditar en quien me acompañaba y ya no está, poner la vista en la realidad, que muestra soledad, abandono, y el vislumbrar un año nuevo sin cambios sustanciales, provocan una completa desesperanza, que trae amargura al corazón.

Se trata de espacios vacíos. Es cuestión de vidas atadas a las cosas de este mundo, vanas y pasajeras.

Este tiempo es muy propicio para intentar hacer las cosas diferentes. Lejos de buscar la satisfacción de nuestras necesidades en lo que no hemos logrado, anhelemos conocer lo que hemos ignorado.

Jesús, el único camino, la única verdad y la única vida, está esperando que nos acerquemos para cambiar nuestro lamento en baile.

El sabe cómo hacerlo.

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