Una merecida continuidad

Una merecida continuidad

La decisión del comité político del Partido de la Liberación Dominicana de reelegir en sus cargos tanto al presidente del Senado, licenciado Reinaldo Pared Pérez, como el de la Cámara de Diputados, licenciado Abel Martínez, resulta acertada desde cualquier punto de vista que se le examine.

Primero es un reconocimiento a la forma comedida con que ambos legisladores han manejado los asuntos legislativos, manteniendo una comunicación fluida y abierta con el Poder Ejecutivo, que ha permitido la aprobación de importantes proyectos de ley, así como diversos contratos internacionales, especialmente de financiamiento.

Esta decisión, adoptada en forma unánime por los 24 integrantes del comité político peledeísta, de una matrícula de 26,  que estuvieron presentes en una reunión convocada al efecto en un club privado de Juan Dolio, y que contó con la presencia no sólo del máximo líder del partido morado, el Presidente Leonel Fernández, sino también del entrante jefe del Estado, licenciado Danilo Medina.

Al endosar esta medida, ambos mandatarios no solo endosaron la reelección de los presidentes de ambos hemiciclos, sino que además garantizaron que en el próximo cuatrenio las relaciones entre los dos primeros poderes del Estado seguirán un patrón de colaboración que beneficiará la gobernabilidad democrática y la institucionalidad del país.

Esta continuidad en un claro reconocimiento a los liderazgos partidarios tanto del licenciado Pared Pérez, que se constituye, como secretario general del PLD, en la tercera personalidad dentro de la organización fundada por ese visionario político que fue el profesor Juan Bosch, como del licenciado Abel Martínez, un influyente dirigente peledeísta en Santiago, la segunda plaza electoral del país.

Igualmente el mantenimiento en sus cargos de los licenciados Pared Pérez y Abel Martínez envió un claro mensaje a los partidos que acompañaron al PLD, en la victoriosa jornada electoral del pasado 20 de mayo, que el Bloque Progresista se integró en base a acuerdos de principios, no de cargos públicos individuales.

Naturalmente ello no significa que a la hora de integrar su gabinete y designar a los más altos funcionarios del Estado, el Presidente Medina, un hombre muy sobrio en sus decisiones, no tomará en cuenta las recomendaciones que de manera institucional le hagan sus aliados.

Sin olvidar que como dijera el propio Presidente Medina, los sombreros no alcanzan para tantas cabezas, especialmente en un país como el nuestro, donde la actividad partidaria se ejerce de manera clientelar, y en que todos los políticos se creen imbuidos de las mas altas calificaciones para merecer un nombramiento en el tren gubernamental.

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