Una mirada al Estado de Qatar

Una mirada al Estado de Qatar

Corría el año 1939, cuando un país pequeño, pobre, bañado por el Golfo Pérsico, de nombre Qatar, cambió su precaria suerte al descubrirse que en su territorio el petróleo emana en grande cantidades, un regalo de la naturaleza que convertiría a los cataríes, de humildes pescadores y cultivadores de perlas, en prósperos herederos de grandes producciones del llamado oro negro, que en poco tiempo situaría al diminuto territorio en el mapa mundial de las altas finanzas.
Tres décadas después del hallazgo, una nueva y más importante noticia les conducirá a mayores fortunas con el hallazgo de enormes reservas de gas natural, la tercera mayor a nivel mundial, logrando afianzar el poder económico de este país cuyo nombre permaneció durante años en el anonimato total de las esferas occidentales, y que se ha convertido en escenario internacional y potencia regional.
Al igual que otras naciones árabes importantes, este país del Medio Oriente formó parte de las posesiones del Imperio Otomano turco, y posteriormente, con la caída de éste, pasó a ser un protectorado británico, hasta que finalmente, en 1971 obtuvo su independencia.
Actualmente, los vínculos de Qatar con Gran Bretaña son sólidos y el idioma inglés impera, después del árabe, que prácticamente solo es usado entre sus nacionales.
Esto se debe a que la mayoría de los trabajadores emigrantes provienen de países que fueron grandes colonias inglesas, como la India.
Con la renta per cápita más alta del mundo y, una abundante e interminable riqueza, sus últimos gobernantes se han empeñado en el desarrollo de su nación y el bienestar de su gente, logrando en pocas décadas que el territorio, cuya gran parte es un desierto, luzca como una gran metrópolis con construcciones de torres modernas con diseños vanguardistas, de la autoría de famosos arquitectos de todas partes.
Grandes construcciones. Los cataríes han dado importancia a las grandes construcciones que pueden observarse principalmente en el área del centro financiero, que posee una espectacular vista con decenas de torres con vistas al mar Arábigo y está rodeada de palmas africanas que forman parte del deleite visual de los paseos marítimo en el Corniche, unos siete kilómetros por la bahía de Doha, donde pintorescas embarcaciones mantienen el recuerdo de aquellas que usaron sus antepasados para faenar en las difíciles búsquedas de perlas, pescar, y como medio de transporte marítimo.
No toda su fortuna la han dedicado al acero, cemento, varillas y asfalto, sino que también se han preocupado por mantener el país con áreas verdes, paisajes urbanísticos bien pensados que rompen la monotonía de la metrópolis, detalles que para muchos serían algo natural, pero, en un desierto, la vegetación es nula.
Los grandes y hermosos espacios como el Mia Park, donde está situado el interesante Museo Islámico, edificado en un brazo del mar, un entorno encantador que se ha convertido en un lugar de constantes encuentros familiares, sobre todo cuando las estaciones del año ofrecen temperaturas frescas y permiten realizar una serie de actividades al aire libre, como deportes y picnics.
Es importante destacar que los beneficios aportados por sus riquezas naturales también son invertidos en la educación de su gente; sus conocimientos básicos y académicos. Y poco a poco les han llevado a incursionar en las bellas artes, creando escuelas de música, ballet, un hermoso Teatro Nacional, una filarmónica, considerada como una de las mejores en el mundo, museos, y la adquisición de obras de célebres pintores universales.
Otro logro importante es la sanidad pública. Los hospitales públicos, en su mayoría parecen hoteles de lujo, mientras que los colegios se alojan en edificaciones excelentes. Son planteles concebidos con diseños específicos para esos fines. La educación privada es excelente, y cuenta con sucursales de los mejores colegios de los Estados Unidos, Europa y Asia, al igual que sus universidades.
Deportes. El desarrollo deportivo, en sus diversas disciplinas, es uno de los objetivos primordiales del gobierno monárquico de Qatar, que tiene para el 2022 una cita de importancia al ser la sede de la Copa Mundial de Fútbol. Para este evento, cuya sede fue disputada por potencias como Estados Unidos, se han construido impresionantes estadios monumentales con diseños y edificaciones a cargo de los más notables y creativos arquitectos e ingenieros internacionales, especialistas en este tipo de campos deportivos amparados en recursos de alta tecnología para estos fines.
Este mundial será histórico para Qatar, que tendrá la oportunidad de mostrar al mundo sus estadios impresionantes, y a la vez prácticos, concebidos como obras faraónicas que podrían convertirse en interés turístico, por ser joyas arquitectónicas modernas con diseños originales, verdaderas obras de arte inspiradas en elementos tradicionales de la cultura del desierto.
En estos estadios, posiblemente en el 2022, podrían jugar las grandes estrellas del fútbol actual, como Cristiano Ronaldo, Leo Messi, Neymar Junior, Mohamed Salah, Mbappé, Luca Modric, y muchos otros más.
Luego de que finalice la Copa Mundial de Fútbol, algunos de esos estadios tendrán funciones sociales, como hospitales, y escuelas. Es el caso, del Lusail, con capacidad para unas 95 000 personas, ha sido concebido como multipropósito.
En este tenor ste informó que tendrá un sistema de enfriamiento para las altas temperaturas, su entorno estará rodeado espectacularmente por agua y los visitantes podrán ingresar a través de seis puentes.

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