Los que componen la Fundación St. Jude se mostraron muy agradecidos durante una misa oficiada por el reverendo José Manuel Rodríguez en el Convento de los Dominicos, con motivo del undécimo aniversario del inicio de una historia a la que le quedan muchas páginas para escribir testimonios de amor, vida y esperanza.
Y es que fruto del buen deseo de Miguel Antonio Besonias y un grupo de voluntarios que le acompañan asisten a niños que padecen de cáncer, de una forma en que el amor y la ayuda emocional es el primer medicamento que les aplican quienes se les acercan con pacientes de este tipo.
Durante la homilía el Padre habló de su experiencia con la Fundación y dijo que ya es un árbol que ha dado buenos frutos y muestra de ello es que muchos pacientes han logrado sanar y otros con su enfermedad controlada, incluyendo varios jóvenes que están realizando estudios universitarios, por lo que es propicio agradecer tanta bondad y misericordia. Luego en la presentación se mostró la Biblia y una luz, simbolizando la presencia de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, así como unas canastas con granos y trigo, frutos y medicamentos y unas pacientes vestidas de ángeles.