Una muñeca realista planta cara a la Barbie

Una muñeca realista planta cara a la Barbie

Washington.  Tiene las caderas anchas, no usa tacones y a veces le salen granos. Se llama Lammily y llega para combatir el ideal de belleza imposible encarnado por la muñeca Barbie desde su aparición en 1959.   ¿Cómo sería una Barbie con medidas realistas? Esta es la pregunta que se hizo Nickolay Lamm y que le llevó a diseñar una nueva muñeca según las proporciones medias de una chica estadounidense de 19 años.

“Lammily representa la idea de ser fiel a ti mismo en un mundo que demasiado a menudo nos convence de perseguir fantasías inalcanzables”, explica este artista digital estadounidense en su manifiesto.   Con la bandera de promover “la belleza de lo real”, Lamm lanzó el 5 de marzo de este año una campaña de financiación colectiva (“crowdfunding») en la que 13.621 personas encargaron más de 19.000 muñecas que recibirán en sus casas la semana que viene, el día 28.

Lammily, que cuesta 25 dólares (unos 20 euros), tiene el pelo castaño y voluminoso, viste camisa y pantalones vaqueros, apenas lleva maquillaje y “está preparada para la acción” con unas cómodas zapatillas deportivas.   A diferencia de Barbie, que tiene los pies arqueados para llevar tacones, Lammily puede sujetarse sola sobre una superficie y tiene el cuerpo articulado para hacer deporte.

Por 6 dólares más (unos 5 euros), se puede adquirir un paquete de 38 pegatinas de vinilo con las que hacer a Lammily aún más real- acné, celulitis, estrías, cicatrices, lunares, pecas, heridas, tatuajes, gafas, manchas y hasta picaduras de mosquito.   “Se parece a mi hermana”, “es fuerte”, “no es como otras muñecas”, “parece una persona real”, “podría hacer todas las actividades que yo hago”, comentaron un grupo de niños y niñas de un colegio de Pittsburg (Pensilvania) donde Lamm quiso probar la reacción de los pequeños ante su muñeca no convencional.   Cuando se les pregunta por las profesiones que podría ejercer, responden “profesora”, “piloto”, “informática”, mientras que a Barbie la imaginan como “modelo”, “maquilladora” o “sin ningún trabajo».

El vídeo, que puede verse en la página web oficial de Lammily, concluye con un «¿que muñeca se parece más a ti?”, a lo que todos los niños responden sin dudar- “Lammily».   “Quiero que los accesorios de Lammily sean el reflejo de la vida real en miniatura. La imagino leyendo libros que informen y tocando instrumentos que la eduquen”, comenta su creador.   “La imagino construyendo su propia casa, cultivando su propio jardín, mientras aprende sobre plantas y vegetales”, añade.   Si Barbie nació hace más medio siglo ante la evidencia de que a los niños les gusta jugar con muñecos adultos, Lammily llega ahora como una alternativa realista.

La historia de la popular Barbie está plagada de polémicas por el mensaje que transmite a los niños una muñeca de medidas imposibles que, aunque está disponible en más de cien profesiones, siempre ha sido caracterizada como una chica guapa, a la moda y muy femenina.   Aunque su cintura se ensanchó ligeramente en 1997 ante las críticas, las medidas de Barbie son tan irreales que si fuera humana carecería del porcentaje de grasa corporal necesario para que una mujer menstrúe, según una investigación del Hospital Universitario Central de Helsinki, Finlandia.

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