Una noche exquisita

Una noche exquisita

La sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes se llenó el martes de románticas melodías y mensajes de amor del cantante Danny Rivera, al iniciar la semana del amor con su concierto “Amada amante”.

Cada uno de los ocupantes de los 619 asientos del auditorio inaugurado en 1956 se contagiaron con el manojo de canciones interpretadas por este artista puertorriqueño nacionalizado dominicano.

A las 8:50, un público bien adulto recibió a Rivera con un caluroso aplauso que se unió al excelente sonido de la orquesta de seis músicos dirigida por el maestro Amaury Sánchez que tocó una breve introducción.

El cantante, compositor y poeta inició el concierto “Amada amante” con “A pesar de tanto tiempo”, una referencia a todos los años que tiene en los escenarios.

Cuando entonó “Amar o morir”, las ovaciones aumentaron. Y luego continuó con “Mujer”, tema que despidió con la expresión: “Lo más grande de la historia de la humanidad es la mujer”.

“Qué será de ti” y “Cómo he de vivir sin tu cariño”, le pusieron la tapa al pomo a nivel de romance, provocando que las parejas se agarrasen de las manos y algunas hasta se besaron, a solicitud del propio artista.

Los gestos de Danny Rivera y el dramatismo que le impregna a cada interpretación hizo más emocionante este encuentro de la semana de San Valentín en su segunda patria, República Dominicana.

La velada siguió con “El vals de las mariposas” y “Mi hijo”. En este último tema, las lágrimas rodaron por sus mejillas y dijo: “Hay gente que me ha preguntado porqué los artistas lloran tanto, y sinceramente, no lo se explicar”.

Caminando entre el público que lo vitoreaba, Danny Rivera cantó “También los hombres de rabia lloran”, al final de la cual manifestó que “para los artistas el aplauso también es una canción”.

Como para no perder ni un segundo de emoción, Danny presentó al niño Michael, de padre italiano y madre dominicana, un pequeño estudiante de la Academia de Formación Artística (AFA), quien hizo levantar de sus asientos a todos los presentes cuando cantó en italiano “O sole mio”, por lo que fue despedido con los más fuertes aplausos de la noche.

“Apadrinen a esta futura estrella, ¡tremendo talento!”, exhortó Rivera al auditorio.

El dominico-puertorriqueño continuó complaciendo a sus seguidores con sus más resonantes éxitos. Fue así como le dijo al director de la orquesta: “maestro, cuando usted quiera”, para sonar los primeros acordes de “Que daría yo”.

A coro con el público, hizo la canción “Para toda la vida”, momento en que mandó a encender las luces de la sala Máximo Avilés Blonda para ver los rostros de mujeres y hombres que decidieron comenzar la celebración de San Valentín con esta presentación.

Tras un “medley” con los hits “Dos amantes” y “Amada amante”, llamó al frente al percusionista dominicano Guarionex Aquino para que demostrara su maestría y así dio paso a algunas canciones de la producción “Serenata” (1979): “Mujer, abre tu ventana”, “Bajo un palmar”, “Amor robado” y “Madrigal”, para cerrar con la clásica composición “Mi viejo”.

Danny conserva su voz intacta, a pesar de que el 27 de este mes cumple 69 años.

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